Cuando se terminan las vacaciones y todo vuelve a la rutina aparecen los verdaderos indicios que suelen ser invisibilizados por los tiempos de descanso y la predisposición a no intoxicarse de malas noticias. Pero la realidad suele sobreponerse a la ficción.

En un contexto general de incertidumbres y dudas, donde no sobran los desencuentros políticos, la economía da señales contrapuestas.

Si bien es verdad que los indicadores macroeconómicos siguen siendo negativos, por lo elevados que se muestran la inflación y la caída de las ventas o la producción de las industrias pymes, no es menos cierto que el dólar logró mantenerse a la baja en el segmento libre y que las expectativas inflacionarias para los próximos doce meses empiezan a mostrar una clara tendencia decreciente.

Todos estos factores se conjugan en un vocablo muy frecuente en el último tiempo de la Argentina: inestabilidad.

La ficción en el mundo político

La situación provocada entre el Gobierno y las provincias, que derivó en una crisis institucional de cúpulas entre el Presidente Javiel Milei y el gobernador de Chubut Ignacio Torres, puso sobre la mesa que las relaciones de poder no están sanadas.

Los gobernadores no van a resistir un atropello del gobierno central vía quita de porcentajes en la coparticipación. Y eso se demostró por la avanzada de Torres, que respaldado por la mayoría de los jefes provinciales, lograron imponer un criterio en la Justicia donde se privilegie el cumplimiento de la Ley de Coparticipación Federal.

Para cambiar esa ley sin caer en infringirla se debería modificar por la misma vía, otra ley.

Claro, los gobernadores sabían que, si prosperaba en avance del Gobierno sobre Chubut en modificar acuerdos que ya la provincia tenía con el Estado a través de administraciones anteriores, todo lo que estaba "atado" podría llegar a caerse por la voluntad expresa del Gobierno.

Los datos a la vista

Mientras todo esto se genera en el campo de la macropolítica el ciudadano de a pie mira con atención lo que pasa a su alrededor, ya no tanto lo que ocurre en las alturas del poder.

Y lo que pasa en la base de la pirámide es muestra de una crisis económica que se profundiza: las ventas siguen en caída en los comercios, según la CAME con datos que se ubican en dos cifras al mes; la producción de las pymes industriales disminuyó un 30% en enero y empresas grandes como Acindar ya anunciaron la paralización de la producción de acero en marzo, por efecto de la situación económica.

Pero hay dos elementos que podrían entusiasmar a los que miran las planillas de Excel y los gráficos: las expectativas de inflación bajaron 60 puntos porcentuales y se ubican en 170% para los próximos doce meses, según la encuesta que realiza la Universidad Torcuato Di Tella; y el dólar paralelo siguió bajando desde que el conflicto entre el Gobierno y las provincias se desarrolló en los pliegues palaciegos de la Casa Rosada.

El tiempo de la verdad

Lo verdaderamente serio de toda seriedad arrancará en marzo, con las vacaciones terminadas, la rutina a pleno, y los aumentos que se siguen anunciando a la par de más quitas de subsidios a los sectores medios.

La gran duda es hasta cuando se sobrellevará la situación sin que se avisore un resultado favorable al final del camino.