18/04/2024

opinion

Una semana vital para inversores no tradicionales

El halving de bitcoin será este 19 de abril. Ese día cambia el tablero de la criptomoneda. También de las que corren con el bitcoin como patrón de referencia. Una mirada profunda pero sencilla sobre lo que hay que conocer del universo cripto.

Por
Matías Frati, periodista con especialización en economía, empresas y política

Se habla mucho -bastante- por estos días acerca de lo que va a suceder con Bitcoin en este mes. El halving, el evento que se produce cada cuatro años en la criptomoneda más importante del ecosistema de finanzas blockchain, está cercano a ocurrir.

Pero ¿de que se trata el halving? Para que lo comprendamos todos, los que conocen un poco del sistema y los que no, la cosa es más o menos así: cada 4 años se reordena la minería de bitcoin, se queman aquellos satoyis o bitcoin que están extraviados y se divide la base de proyección a explorar, haciendo que sea más difícil encontrar un nuevo bloque. Es decir, al limitar más la extracción para cumplir con la cuota esperada de bitcoin a nivel mundial, el precio de cada bloque y sus partes -los satoyis- se cotizan más.

Es por eso por lo que se espera, en los próximos días, el halving con mucha ansiedad. Los expertos saben que después de eso, el precio del activo de bitcoin volverá a tomar impulso. Y si eso sucede, la mayoría de las criptomonedas que se rigen por el "patrón bitcoin" seguirán ese comportamiento. Ergo, habrá un nuevo festival de alza de precios en los mercados blockchain.


Una sola fecha y varias preguntas

Pero nadie puede asegurar una fecha para que los efectos secundarios del halving comiencen a dar dividendos. Sí se sabe que el evento será el próximo 19 de abril, en antes del fin de semana, por lo que algunos inversores están empezando a seguir los movimientos de las criptomonedas en varias pantallas al mismo tiempo, como si eso les garantizara algo más que esta informados. Aunque no es poco.

Del derrame del halving si se pueden decir algunas cosas. Y es que de los últimos 3 los plazos para alcanzar el punto más alto se fueron estirando. Por ejemplo, en 2012 se logró el crecimiento en menos de 70 días, en 2016 en 149 días y en 2020 en 270 días. Esto da una pauta, también, de que no todo lo que brilla es oro, y que en el bitcoin como en los activos reales, lo importante es tener un fin en mente y saber dos cosas: cuanto se quiere ganar y cual es el momento indicado para salir del negocio. Y eso implica, para quienes ven a las inversiones como una tabla de salvación en medio del mar, un elemento distorsivo, porque los confunde la avaricio de querer más y se puede terminar perdiendo demasiado.


Del oro al bitcoin

Ni el patrón oro ni el petróleo, que fueron durante siglos dos de los minerales que mandaron en el mundo de las inversiones, pueden darle batalla a la fiebre del bitcoin. Y la lucha está perdida por parte de estos dos activos tradicionales, por una simple razón: el cambio es cultural.

El patrón oro fue un elemento que sirvió como referencia hasta la era industrial, años más años menos. Luego llegó el petróleo y el desarrollo mundial al calor de la industria. Ahora la tecnología manda, y lo que define un sistema de valores en el universo cripto no es ni una bóveda llena de lingotes ni innumerable cantidad de barriles acumulados para transformarse en carburantes. Nada de eso. Ahora lo que manda es una cadena de bloques o blockchain que se encripta en un algoritmo casi inexpugnable, que le da confiabilidad al sistema financiero tecnológico y sustentabilidad a las proyecciones financieras, a pesar de que todavía sufre del mal de la volatilidad como los otros activos.

Cuando el blockchain deje de ser una innovación y se convierta en algo tradicional y de la vida cotidiana, las criptomonedas y el resto de los activos digitales se habrán masificado. Con eso pueden suceder dos cosas, también. La primera, que se expanda a toda la comunidad global y se naturalice, recobrando un valor superlativo y mayor al actual. La segunda, que justamente por su masificación y normalización pase a ser algo de todos los días y de fácil dominio, por lo que podría llegar a perder valor de intercambio.

Mientras esto no pase -y parece que todavía no hay algo que lo reemplace en el corto plazo- optar por ese tipo de inversiones digitales, intangibles y de alto valor aparece como un instrumento simple y accesible para una buena cantidad de personas. Y a lo largo de este proceso habrá que seguir, entonces, eventos como el halving, que cada 4 años marcan un camino, achican las posibilidades de descubrimiento de nuevos bloques y revaloriza a los actuales, dándole más ganancias a quienes ya los tienen en sus billeteras virtuales.

Para todos los demás, tranquilos, sigue habiendo instrumentos tradicionales en los bancos, aunque la mala noticia es que esos instrumentos, algún día, también dejarán de ser vistos como una atracción y serán reemplazados por la tecnología blockchain. Pero para eso todavía falta un tiempo.

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