Emotivo homenaje a Rafael Nadal en su despedida en el Roland Garros
El extenista estuvo rodeado de su familia, sus grandes rivales y 15 mil espectadores. “Aquí lo he vivido todo” dijo entre lágrimas.
El homenaje a Rafael Nadal en Roland Garros 2025, celebrado este 25 de mayo, fue un emotivo tributo al "Rey de la Tierra Batida" tras su retirada del tenis profesional en noviembre de 2024.
En la icónica pista Philippe Chatrier, donde conquistó 14 títulos, Nadal fue recibido con una ovación de más de cinco minutos por un público vestido con camisetas ocre que decían "Merci, Rafa".
Acompañado por su familia, su equipo y figuras como Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray y Carlos Alcaraz, el acto incluyó un video con sus hazañas, un trofeo especial entregado por la Federación Francesa de Tenis y una placa con su huella que quedará para siempre en la pista.
“Quiero mostraros mi infinita gratitud por haberme dado la oportunidad de poder decir adiós en el lugar más importante de mi carrera (…) Aquí he disfrutado, sufrido, ganado, perdido”, aseguró.
En un gesto lleno de simbolismo, también subieron a la pista los trabajadores que lo acompañaron durante años en París: desde su chófer hasta quienes cuidaron las canchas. “No podré jugar más ante vosotros, pero mi corazón, mis recuerdos seguirán unidos a este lugar magnífico y su pueblo”, dijo Nadal, mientras leía sus agradecimientos ante una audiencia visiblemente conmovida.
Nadal, visiblemente emocionado, habló en francés, inglés y español, agradeciendo al público, su familia, su tío Toni, a quien dedicó palabras conmovedoras por ser "la razón" de su éxito y sus rivales, destacando la rivalidad amistosa con el "Big Four".
El extenista destacó que tener su huella grabada en la pista central es “un honor gigantesco” y que lo emociona pensar que “un trocito de mí quedará para siempre en la Philippe Chatrier”. Agradeció al público francés por hacerlo sentir siempre como en casa, a pesar de ser “español y estar orgulloso de ello”.
Entre lágrimas, recordó momentos clave, como su debut en 2005 y haber portado la antorcha olímpica en París 2024.
El evento, descrito como "sencillo, auténtico y verdadero", culminó con Nadal dando una vuelta de honor con su hijo en brazos, dejando una huella imborrable en la historia del tenis.
Nadal concluyó afirmando que este homenaje era necesario para cerrar una etapa: “No me fui cansado del tenis, terminé amándolo, pero mi cuerpo ya no podía más. Vivo bien en el anonimato, pero este homenaje me emocionó y quiero agradecerlo profundamente”.