La vida de Alejandra "Locomotora" Oliveras: del infierno al ring, y del ring a la esperanza
Alejandra "Locomotora" Oliveras, ícono del boxeo argentino y símbolo de superación, enfrenta hoy su pelea más dura tras sufrir un ACV isquémico. Desde su infancia marcada por la pobreza y la violencia hasta su consagración como campeona mundial, su vida es un testimonio de lucha y resiliencia. Ahora, desde el Hospital Cullen, el país acompaña con esperanza su batalla por la recuperación.
Alejandra “Locomotora” Oliveras no es solo una de las boxeadoras más importantes de la historia argentina. Es, ante todo, una sobreviviente. Su historia de vida, marcada por la violencia, la traición, la superación y la gloria deportiva, hoy vuelve a conmover al país, luego de haber sufrido un ACV isquémico que la mantiene en estado delicado.
Infancia marcada por el dolor
Nacida el 20 de marzo de 1978 en El Carmen, provincia de Jujuy, y criada en Córdoba, Alejandra creció en la pobreza, siendo una de siete hermanos. Su adolescencia fue brutal: a los 14 años fue víctima de violencia de género y quedó embarazada. A los 15, ya era madre, y debía protegerse tanto a ella como a su hijo de un entorno lleno de agresiones.
“Me defendí por instinto. No sabía que eso era pelear, pero fue ahí cuando descubrí que tenía fuerza”, contaría años después. Aquella experiencia no solo le salvó la vida: le abrió el camino al boxeo, disciplina con la que conquistaría el mundo.
El ring, su lugar en el mundo
Debutó como boxeadora profesional el 12 de agosto de 2005 en General Levalle, Córdoba, y rápidamente mostró su potencia arrasadora. Su apodo, “Locomotora”, no era casual: se convirtió en una fuerza imparable en el cuadrilátero.
A lo largo de su carrera, ganó seis títulos mundiales en cuatro categorías diferentes, un logro reservado para las leyendas: • Supergallo CMB (2006) venciendo a Jackie Nava. • Pluma AMB y Pluma OMB entre 2011 y 2013. • Superligero CMB (2013), entre otros.
Su récord profesional cerró en 33 victorias, 3 derrotas y 2 empates. En el camino enfrentó a grandes rivales como Marcela “La Tigresa” Acuña y Érica Farías, con quienes libró batallas memorables.
La locomotora Oliveras vs. La Tigresa Acuña. Luna Park, 2008.
Golpes fuera del ring
La vida no le dio tregua, ni siquiera en sus momentos de gloria. Días antes de obtener su primer título mundial, descubrió una doble traición: su esposo y su hermana eran amantes. “Canalicé ese dolor en la pelea contra Nava. Creo que ahí me vengué…”, confesó años después. Esa capacidad de transformar la oscuridad en fuego interno fue una constante en su vida.
También enfrentó la discriminación de género en el mundo del deporte: “Cuando empecé, me decían marimacho. Tuve que demostrar que el boxeo femenino también era digno”, recordó.
De campeona a líder social
Pero Oliveras no se quedó solo en el ring. Con los años, se convirtió en una referente social: creó escuelas de boxeo para jóvenes vulnerables, dio charlas motivacionales en barrios marginales y, durante la pandemia, organizó el “Team Locomotora” para recolectar alimentos destinados a comedores comunitarios en Santa Fe.
En 2021 fue candidata a diputada por el partido Unite en su provincia, y en 2023 participó en actividades vinculadas a la campaña presidencial de Patricia Bullrich, desde su lugar como figura popular y comprometida.
Alejandra también demostró que la superación no tiene fecha de vencimiento: actualmente estudia Psicología en la Universidad de Morón y ha sido parte de diversos programas televisivos, como Showmatch y En el Barro, llevando su mensaje de fuerza a nuevos públicos.
Una nueva pelea por su vida
En julio de 2025, sufrió un accidente cerebrovascular (ACV isquémico) y fue internada de urgencia en el Hospital Cullen de Santa Fe. Los médicos realizaron una craneotomía descompresiva para aliviar la presión cerebral, y si bien su pronóstico es reservado, su evolución es lentamente favorable.
El país entero sigue con atención su estado de salud, enviando mensajes de aliento y reconocimiento. Porque si hay alguien que sabe pelear hasta el final, es Alejandra Oliveras.
Una leyenda viva
Más allá de los títulos, lo que hizo de “Locomotora” una leyenda fue su capacidad de transformar el sufrimiento en motor, de golpear las injusticias con coraje y de inspirar a quienes no encuentran salida.
Alejandra Oliveras no nació en una cuna de privilegios, sino en el barro. Pero desde ahí, supo subir al ring, convertirse en campeona del mundo y tender la mano a los que más lo necesitaban. Hoy, desde una cama de terapia intensiva, pelea su batalla más difícil. Y si la historia sirve de guía, sabemos que no se va a rendir.