La presión impositiva y el avance de la informalidad económica dominaron la segunda jornada del 61° Coloquio de IDEA, bajo el lema “Juega Argentina”. En distintos paneles, especialistas y ejecutivos analizaron cómo el actual esquema tributario impacta sobre la productividad y la inversión privada, y plantearon la necesidad de una reforma estructural que elimine los impuestos distorsivos.

Un sistema fiscal que desalienta la inversión

El economista Matías Surt, socio-director de Invecq, abrió el debate con una descripción del sistema impositivo argentino en el panel “Nivelando la cancha, el desafío impositivo”. Explicó que el país recauda ocho puntos del PBI a través de ingresos brutos, retenciones, aranceles y el impuesto al cheque, a lo que se suma un 1,5% adicional por tasas municipales, alcanzando así más del 9% del PBI en cargas distorsivas.

Según Surt, esta estructura limita la rentabilidad del sector privado y frena la expansión de las exportaciones. “Entre el 20% y el 35% del precio final de un producto está absorbido por impuestos distorsivos”, advirtió, y sostuvo que si el sistema se alineara con los estándares internacionales “la carga tributaria podría reducirse hasta un tercio”.

También alertó sobre el efecto cascada de los ingresos brutos, que castiga a las cadenas de valor más largas. “Los supermercados pagan tasas promedio del 1%, pero en algunos municipios llega al 6%”, explicó.

Orador. Nicolás Braun, titular de los supermercados La Anónima, fue uno de los empresarios que participó de la jornada.
Orador. Nicolás Braun, titular de los supermercados La Anónima, fue uno de los empresarios que participó de la jornada.
Christian Heit

Los empresarios apuntan contra la informalidad

El director de IDEA y gerente general de La Anónima, Nicolás Braun, advirtió que el 60% del empleo en el comercio minorista es informal y que el nivel de evasión impositiva ronda el 55%. “Con una utilidad promedio del 2%, los impuestos sextuplican los márgenes razonables”, señaló, y sostuvo que esa situación desalienta la inversión formal y favorece la expansión de los autoservicios informales, que ya superan los 13.000 en todo el país.

Braun también mencionó el caso de los frigoríficos, donde “tres de cada cuatro kilos comercializados en 2018 tenían algún componente informal”. En ese contexto, pidió “reglas iguales para todos” y un Estado que premie la innovación en lugar de tolerar la evasión.

Por su parte, Andrés Cavallari, CEO de Raízen Argentina, detalló que “de cada 100 pesos que se pagan por un litro de nafta, 45 son impuestos”, lo que considera una distorsión que afecta directamente al consumidor. También denunció el aumento desmedido de tasas municipales, que en algunos casos llegan a “ocho tipos diferentes según la jurisdicción”.

Desde la industria manufacturera, Claudio Rodríguez, de Sinteplast, comparó la carga tributaria local con la de los países vecinos. “Si no existieran diferencias fiscales, los precios serían casi iguales”, señaló, y remarcó que la presión impositiva genera pérdida de consumo, menor empleo y caída en la recaudación. Propuso reducir el gasto público y mejorar la eficiencia estatal para recuperar competitividad.

En tanto, Martín Ticinese, presidente de Cervecería y Maltería Quilmes, planteó que la presión fiscal argentina ronda el 28% del PBI, concentrada en los sectores formales. “Los consumidores priorizan precio, incluso si eso los lleva a la informalidad”, afirmó, y llamó a integrar la política industrial en una estrategia nacional de desarrollo.

Transparencia y control ciudadano

La visión del sector social estuvo representada por Matías Olivera Vila, presidente de la ONG Lógica, quien destacó los avances del Proyecto de Régimen de Transparencia Fiscal. “Tenemos un régimen que nos oculta sistemáticamente los impuestos”, denunció, y explicó que solo Mendoza y Chubut aplican plenamente la ley, mientras que CABA y otras provincias siguen en proceso de adhesión.

Olivera Vila subrayó la importancia del compromiso ciudadano para transformar el debate impositivo en una “cuestión de responsabilidad cívica”, más allá de la política.

Hacia una reforma estructural

A lo largo de la jornada, los expositores coincidieron en que la Argentina necesita una simplificación impositiva, una reducción del gasto público y una mayor formalización laboral. En palabras de Surt, “la estructura tributaria actual no solo desalienta la inversión, sino que encarece la vida de todos los argentinos”.

El Coloquio cerró su segundo día con un mensaje unánime: sin una reforma fiscal profunda, no habrá crecimiento sostenible ni competitividad real.