Despidos, suspensiones y caída de ventas: el sector metalúrgico languidece en el país
El Observatorio de la Federación de Industriales de Santa Fe (FISFE) reportó una caída del 5,2% interanual en la actividad industrial de julio, con el sector metalúrgico como el principal afectado.
La crisis económica no da respiro e impacta de lleno en el litoral argentino donde sacude principalmente al sector metalúrgico, rubro donde en las últimas horas se registraron al menos 400 suspensiones, por parte de la multinacional Electrolux, en su planta de la provincia de Entre Ríos, dada la caída de ventas y la apertura de importaciones que agudizaron el derrumbe.
El panorama es desalentador, principalmente en uno de los cordones productivos más fuertes del país, como el caso del Gran Rosario, zona donde la caída de la actividad industrial alcanzó un 5,2%.
El sector metalúrgico es de los más afectados por los coletazos del colapso económico: la metalúrgica Acindar también aplicó suspensiones, mientras que empresas más pequeñas como Metrofund directamente despidieron personal, hecho que afectó de manera directa a 35 empleados.
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Esta no es una crisis aislada, sino el reflejo de un deterioro sostenido en el sector metalúrgico del Gran Rosario, donde la UOM estima la pérdida de más de 1.500 empleos en los últimos meses de 2025. El cálculo, basado en despidos directos y suspensiones prolongadas, se suma a las 10.000 plazas evaporadas en Santa Fe durante el primer semestre de 2024, con una recuperación parcial de solo 3.000 puestos a fin de ese año impulsada por la construcción.
Sin embargo, la tendencia se revirtió en 2025: el Observatorio de la Federación de Industriales de Santa Fe (FISFE) reportó una caída del 5,2% interanual en la actividad industrial de julio, lo que interrumpe cualquier incipiente rebote y deja un retroceso acumulado del más de 5% en el período enero-julio. Esta contracción afecta no solo a grandes firmas, sino a un ecosistema de cientos de talleres, pymes de servicios terciarizados y proveedores locales, impactando en familias enteras y, en algunos casos, comunidades completas dependientes de actividades fabriles clave.
La apertura indiscriminada de importaciones emerge como el principal villano de esta ecuación, obligando a industrias locales a competir con productos extranjeros a precios 20-30% inferiores. En el tercer trimestre, las compras externas de electrodomésticos crecieron un 45%, desincentivando la producción nacional y cerrando líneas de montaje en fábricas como Electrolux, donde la baja en ventas supera el 30% interanual, un dato que se replica en competidores como Mabe y Newsan, según la Cámara Argentina de Electrodomésticos (CADEA). Esta dinámica ha llevado a que unas 30 metalúrgicas en Rosario activen suspensiones bajo el mismo artículo legal, lo que multiplica los conflictos gremiales en el Cordón Industrial.
Entre los casos emblemáticos que ilustran esta debacle se encuentran la fábrica de sembradoras Vasalli, que enfrenta parálisis por conflictos operativos; la papelera Celulosa, con suspensiones recurrentes; la siderúrgica Acindar, golpeada por la competencia importada en aceros; y Porcelanas Verbano, que ha reducido turnos drásticamente. También se suman frigoríficos y el sector lácteo, afectados por la cadena productiva y la contracción del consumo.
Por su parte, el secretario de Trabajo de Santa Fe, denunció que tras dos años de gestión del gobierno nacional “la economía no arrancó”, y agregó: “Decían que cuando se acomodaran las variables macro se iba a reactivar la economía, pero no pasó”.
En tanto, la UOM nacional ya ha elevado el reclamo al Congreso, y exigió el establecimiento de aranceles protectores y un fondo de transición justa para reentrenar mano de obra en sectores emergentes como la industria 4.0 y las renovables. Delegados sindicales reportan angustia entre los trabajadores, muchos con más de 10 años de antigüedad, que enfrentan ingresos variables y presupuestos familiares estrangulados.