El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha dado luz verde a una ambiciosa estrategia de cooperación con Argentina, que contempla un financiamiento de USD 10.000 millones entre 2025 y 2028, según anunció la entidad. Este plan, diseñado en conjunto con el gobierno de Javier Milei, se estructura en tres ejes principales: fortalecer la sostenibilidad fiscal, promover la apertura económica para atraer inversiones privadas y apoyar a los sectores más vulnerables para reducir la pobreza. De los fondos aprobados, USD 7.000 millones se destinarán a proyectos del sector público, mientras que USD 3.000 millones, gestionados por BID Invest, impulsarán iniciativas del sector privado.

El programa, que prevé desembolsos de hasta USD 3.100 millones en 2025, incluye proyectos clave como la modernización del PAMI, la optimización de subsidios al transporte y la mejora de la competitividad en sectores estratégicos como la energía, la minería y la agroindustria. Viviana Alva-Hart, representante del BID en Argentina, destacó que el objetivo es respaldar un crecimiento sostenido, “liderado por el sector privado, con empleos de calidad y menor pobreza”. Sin embargo, el organismo señaló riesgos como la escasez de reservas internacionales y la dificultad para aprobar reformas en el Congreso, lo que podría limitar el impacto de las medidas.

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El financiamiento público se enfocará en reformas fiscales para mejorar la eficiencia del gasto y la administración tributaria, incluyendo la reducción de impuestos distorsivos y la eliminación de exenciones que afectan la recaudación. En el ámbito privado, BID Invest apoyará proyectos en infraestructura, energías renovables y minería sostenible, con énfasis en provincias como Salta, donde se desarrollarán iniciativas de litio y cobre. Estas acciones buscan desbloquear inversiones y fomentar la creación de empleo, en un contexto donde la Argentina enfrenta desafíos macroeconómicos, como la volatilidad cambiaria y un nivel bajo de reservas.

Se espera que de los fondos aprobados, al mesnos USD 7 mil millones se destinen a proyectos del sector público.

El acuerdo se inscribe en un esfuerzo internacional más amplio, complementando los compromisos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. En octubre de 2024, ambos organismos anunciaron USD 8.800 millones para Argentina, destinados a sectores como educación, salud, primera infancia y descarbonización. El BID, por su parte, ya había aprobado USD 2.400 millones para el sector público en 2024, incluyendo programas de protección social y eficiencia en subsidios energéticos.

El presidente del BID, Ilan Goldfajn, subrayó la importancia de un sector público eficiente y un sector privado dinámico para superar las crisis económicas recurrentes del país. En un artículo publicado en el Financial Times, destacó que hasta el 7% del PBI podría reasignarse si se corrigen ineficiencias en subsidios y transferencias, que representan un 3,3% del producto. El organismo también trabaja con provincias para financiar obras de infraestructura, aunque no directamente con municipios, siempre que se cumplan los requisitos establecidos.

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El ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, celebraron la aprobación del plan, considerándolo un respaldo a las prioridades del gobierno: equilibrio fiscal, apertura económica y fortalecimiento institucional. No obstante, el BID advirtió sobre vulnerabilidades externas, como shocks en los términos de intercambio o condiciones financieras internacionales, que podrían afectar la sostenibilidad fiscal y las inversiones privadas.

Este financiamiento representa una oportunidad para consolidar las reformas de Milei, pero su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para superar los desafíos legislativos y macroeconómicos. La estrategia del BID busca no solo aportar recursos, sino también asistencia técnica y conocimiento para promover un desarrollo inclusivo y sostenible en Argentina.