El Gobierno nacional busca cerrar para esta semana un nuevo préstamo con un grupo de bancos internacionales que permitirá incorporar u$s2.000 millones a las reservas del Banco Central (BCRA). La operación, que se espera concretar antes del cierre de junio de 2025, tiene como objetivo consolidar la posición financiera del país en un contexto de vencimientos de deuda y restricciones en el mercado cambiario.

El empréstito resulta una prioridad para el Ejecutivo, que busca robustecer las reservas internacionales, actualmente en torno a los u$s29.000 millones, según datos oficiales. Este refuerzo es clave para garantizar la estabilidad macroeconómica, especialmente ante los pagos de deuda externa programados para los próximos meses y la necesidad de sostener el tipo de cambio en un mercado con cepo cambiario.

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Vale recordar que en mayo pasado, las reservas del BCRA cayeron alrededor de 2000 millones de dólares.
Vale recordar que en mayo pasado, las reservas del BCRA cayeron alrededor de 2000 millones de dólares.

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Si bien el acuerdo, aún se encuentra en etapa de definición, involucra a un consorcio de bancos internacionales cuyos nombres no han sido divulgados. La operación se enmarca en un escenario de mejora en los indicadores económicos: Argentina registró en abril de 2025 un superávit fiscal primario de $2,3 billones (equivalente a u$s2.400 millones al tipo de cambio oficial) y un superávit comercial de u$s1.860 millones, impulsado por exportaciones récord del sector agropecuario. Sin embargo, la presión sobre las reservas persiste debido a la demanda de dólares para importaciones y el pago de compromisos externos, lo que hace necesario recurrir a financiamiento externo.

La operación se negocia en paralelo con las discusiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un nuevo programa que permita refinanciar los u$s44.000 millones adeudados. Aunque el acuerdo con los bancos no está condicionado al aval del FMI, un entendimiento con el organismo podría facilitar el acceso a mejores términos financieros.

Los analistas destacan que esta inyección de fondos es estratégica para mantener el equilibrio en el mercado cambiario y evitar una devaluación abrupta, que podría impactar en la inflación que, el Gobierno espera sea menor al 2% en mayo. Además, el Gobierno busca aprovechar el contexto de superávit fiscal y comercial para proyectar una imagen de solvencia ante los inversores internacionales, en un año clave para la renegociación de la deuda.

El éxito de esta operación será crucial para consolidar la recuperación económica y dar margen al BCRA para manejar las tensiones cambiarias. Mientras tanto, el mercado sigue con atención las señales del Gobierno, que insiste en su compromiso con la disciplina fiscal y la apertura gradual de la economía.