Como en una película que ya vimos, pero con actores distintos, JP Morgan volvió a encender las alarmas sobre el mercado argentino. En un informe reciente, el principal banco de inversión norteamericano recomendó a sus clientes desarmar posiciones en pesos y refugiarse en dólares, ante un escenario que definió como “ruidoso” por la creciente incertidumbre electoral.

La advertencia no pasó desapercibida en los pasillos del mercado local: el gigante financiero sugirió reducir la tenencia de bonos en pesos, una medida que recuerda al movimiento que precedió la crisis cambiaria de 2018, cuando fondos internacionales comenzaron a abandonar el carry trade en Argentina, disparando la devaluación y encendiendo la mecha de un nuevo acuerdo con el FMI.

JP Morgan valoró ciertos logros recientes del gobierno, como la baja sostenida de la inflación y la disciplina fiscal, pero dejó claro que los fundamentos macroeconómicos aún no son sólidos. “Nos preocupa la salida de divisas por turismo, el agotamiento de la cosecha gruesa y el contexto político incierto”, señalaron desde la entidad.

El famoso carry trade –estrategia de inversión donde los fondos ingresan dólares para posicionarse en instrumentos en pesos aprovechando la tasa de interés alta– comienza a mostrar señales de agotamiento. Y si los grandes jugadores empiezan a salirse, la reacción en cadena puede ser tan veloz como implacable.

Mientras tanto, el dólar libre muestra presión y los analistas ya comparan este momento con el marzo de 2018, cuando se rompió la confianza internacional en la estabilidad del peso. ¿Estamos ante una nueva tormenta financiera o una advertencia a tiempo?