Por el sótano: el poder adquisitivo volvió a desplomarse y alcanza su nivel más bajo desde el 2001
Los datos publicados por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política revelan la fuerte contracción experimentada durante el año.
El salario mínimo vital y móvil (SMVM) registró una nueva caída del 0,5% en términos reales durante agosto de 2025, y alcanzó su nivel más bajo desde 2001, antes del colapso de la convertibilidad, según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA. Esta contracción acumula una pérdida del 32% desde noviembre de 2023, en un contexto de inflación elevada y recesión que profundiza la fragilidad del mercado laboral bajo el gobierno de Javier Milei.
El poder adquisitivo del salario mínimo ha sufrido un deterioro sostenido desde la asunción del gobierno actual. En agosto de 2025, el SMVM se ubicó en $322.200 mensuales para trabajadores con jornada completa, pero ajustado por la inflación del 1,9% mensual reportada por el INDEC, experimentó una retracción real del 0,5%. Esta dinámica se inició con la devaluación de diciembre de 2023, que generó una inflación post-devaluación que pulverizó los aumentos nominales.
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Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025, la pérdida acumulada alcanza el 32%, con un retroceso adicional del 3,7% en lo que va del año. En diciembre de 2023, el salario real cayó un 15% debido al salto inflacionario, y en enero de 2024 la baja fue aún mayor, del 17%. Aunque hubo leves mejoras nominales en meses posteriores, como incrementos del 0,2% a 0,3% en septiembre a noviembre de 2024, no compensaron el impacto general de la inflación acumulada del 19,5% en 2025 hasta agosto.
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El informe del IIEP, coordinado por los economistas Roxana Maurizio y Luis Beccaria, del Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), subraya que esta erosión refleja "la ausencia de mecanismos de actualización que acompañen la inflación". Los aumentos del SMVM, fijados por resolución gubernamental tras el fracaso de paritarias en el Consejo Nacional del Empleo, han quedado rezagados frente a los precios, especialmente en rubros como transporte, que subió 3,6% en agosto.
El valor real del salario mínimo actual es inferior al de 2001, período marcado por la crisis económica y el fin de la convertibilidad. Respecto al pico histórico de septiembre de 2011, la pérdida asciende al 62%, lo que posiciona al SMVM en un punto crítico para los trabajadores más vulnerables. Esta comparación no solo evoca recuerdos de inestabilidad pasada, sino que alerta sobre un retroceso en el nivel de vida.
En contextos previos, como entre noviembre de 2019 y abril de 2025, el salario perdió un 44,1%, y si se mide desde 2015, el derrumbe es del 57,3%. Si el poder adquisitivo de 2015 se hubiera mantenido, el SMVM rondaría los $700.000 hoy. Estos datos, respaldados por análisis del IIEP y otros como el de CIFRA, muestran que el salario actual cubre apenas el 58% de la canasta básica alimentaria y el 25% de la total, niveles peores que en la crisis de 2001.
La inflación interanual de agosto de 2025 fue del 33,6%, tres puntos menos que en julio, pero aún erosiona los ingresos. El SMVM impacta en programas sociales como la AUH ($112.942) y jubilaciones mínimas ($320.277), amplificando el efecto en la pobreza.
La principal causa de la caída es la inflación descontrolada post-devaluación, con aumentos nominales del SMVM que no siguen el ritmo de los precios. El gobierno, al no lograr consenso en el Consejo del Salario, fija unilateralmente los valores, como el salto a $322.200 en agosto, pero estos quedan atrás de la dinámica inflacionaria.
Desde diciembre de 2023, "los salarios siguen a la baja", según el informe, en un plan económico que prioriza el ajuste fiscal pero impacta negativamente en el ingreso real. La falta de paritarias efectivas y mecanismos automáticos de indexación agravan aún más el problema.
La contracción del poder adquisitivo del salario mínimo limita el consumo, clave para la demanda interna en una economía recesiva. Con el SMVM por debajo de la línea de indigencia, el 75% de la población enfrenta dificultades para acceder a bienes esenciales, evocando la crisis de 2001. El informe del IIEP y datos del INDEC indican que sin mecanismos de ajuste dinámicos, la recuperación será prolongada. Esto compromete la estabilidad social y laboral, con impactos en jubilaciones, AUH y otros beneficios indexados al SMVM. En un año con inflación anual proyectada en torno al 28-33%, el desafío para el gobierno es equilibrar el ajuste con protección al ingreso.