Provincias en rojo: ¿cuáles tienen las cuentas públicas más comprometidas?
Los gobernadores Rogelio Frigerio, de Entre Ríos; Leandro Zdero, de Chaco; Alberto Weretilneck, de Río Negro, y el bonaerense Axel Kicillof son los que están liderando el ranking.
En medio de un escenario económico adverso, con caída de la recaudación y recorte de transferencias nacionales, varias provincias argentinas lograron ordenar sus cuentas públicas gracias a un ajuste agresivo del gasto. Sin embargo, no todas corrieron con la misma suerte. Un grupo de distritos mostró los indicadores de salud fiscal más débiles del país, con déficit persistente, alta dependencia financiera y una preocupante caída en la inversión pública.
De acuerdo con un informe reciente de la consultora MAP, las provincias con peor desempeño financiero en lo que va de 2024 son Entre Ríos, Chaco, Río Negro, Buenos Aires, Tierra del Fuego, La Rioja, Salta, Catamarca y Misiones.
Estas jurisdicciones quedaron en el fondo del ranking de salud fiscal, elaborado a partir de variables como el nivel de superávit o déficit, la proporción del gasto en obra pública, el peso de los intereses de la deuda y el grado de autonomía financiera.
Entre Ríos, al frente de la tabla
Entre Ríos, según el relevamiento, lidera la tabla negativa. Se trata de la provincia con los indicadores más frágiles del país, tanto en términos de resultado fiscal como en su alta dependencia de las transferencias automáticas del gobierno nacional. A pesar de los recortes aplicados, no logró revertir el desequilibrio estructural que arrastra hace años.
En Chaco, el panorama también es delicado. A diferencia de otras provincias que mejoraron sus resultados, este distrito empeoró su déficit respecto al año anterior. Según el informe, “Chaco profundizó el déficit fiscal”, lo que lo posiciona entre los gobiernos más comprometidos financieramente en 2024.
Río Negro y Buenos Aires comparten un punto en común: su deterioro se explica tanto por la baja en los ingresos como por la dificultad para recortar partidas sensibles sin afectar la gestión diaria. Si bien aplicaron ajustes, el efecto no alcanzó para evitar el retroceso fiscal. En ambos casos, se destacan niveles elevados de gasto corriente y una drástica reducción de la inversión en obra pública, que se encuentra por debajo de la media nacional.
Otras provincias comprometidas con los gastos
Por su parte, Tierra del Fuego, La Rioja, Salta, Catamarca y Misiones también muestran una combinación de altos gastos estructurales, escasa autonomía financiera y poca capacidad de generar superávit. En la mayoría de estos distritos, además, la obra pública se desplomó más que el gasto corriente, lo que afecta tanto al empleo como a la infraestructura de base.
La caída de la actividad económica, que impactó de lleno en la recaudación tributaria nacional y provincial, agravó la situación fiscal en estos territorios. En promedio, los ingresos provinciales bajaron un 14% interanual real en lo que va del año, con un desplome del 66% en las transferencias no automáticas. Mientras tanto, el gasto provincial se ajustó un 16% en términos reales, afectando principalmente a la obra pública (-33%), salarios (-16%), jubilaciones (-13%) y programas sociales (-19%).
Hubo mejoría en 19 de las 22 provincias relevadas
A pesar de este contexto, 19 de las 22 provincias que reportaron datos mejoraron su resultado fiscal. Sin embargo, las mencionadas anteriormente no lograron revertir la tendencia negativa, lo que en un año electoral genera tensión entre la necesidad de ajuste y la presión por aumentar el gasto.
Desde MAP advirtieron que la salud fiscal de los distritos debe analizarse en conjunto con el nivel de endeudamiento, la dependencia de fondos nacionales y la capacidad real de sostener un equilibrio sin comprometer servicios esenciales. Las provincias que quedaron al fondo del ranking representan un desafío para cualquier estrategia de consolidación fiscal futura.