Récord de exportaciones agroindustriales en el primer semestre pese a la baja de precios
El incentivo fiscal impulsó ventas por más de USD 20.700 millones, con máximos históricos en el complejo sojero. Tras la finalización del beneficio, el mercado comenzó a desacelerarse.
El sector agroindustrial argentino cerró un primer semestre de 2025 con cifras hist��ricas en cuanto a exportaciones, alcanzando un total de USD 20.726 millones pese a un escenario de precios internacionales deprimidos. El volumen despachado al exterior fue de 64,5 millones de toneladas, lo que representa un 53% más que el promedio de los últimos diez años, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Este salto en las ventas se dio en el marco de la reducción temporal de los Derechos de Exportación (DEX), medida que rigió desde fines de enero hasta el 30 de junio de 2025. A ello se sumó una fuerte recuperación productiva luego de la sequía del año anterior. “Esta notable cifra fue impulsada por el esquema de reducción temporal de derechos de exportación vigente desde fines de enero hasta junio del 2025 y la recuperación productiva de la campaña”, explicó la BCR.
El complejo sojero marcó nuevos máximos
Entre los principales protagonistas del semestre se ubicó el complejo sojero, que exportó 31,1 millones de toneladas por un valor estimado de USD 12.885 millones, ambas cifras sin precedentes. Dentro del rubro se destacaron las 4,4 Mt de aceite de soja (el doble que en 2024), 7,6 Mt de poroto (récord desde 2016) y 19,1 Mt de harina, que representaron un máximo histórico.
La BCR remarcó que “el valor total de las DJVE superó cualquier registro previo para el primer semestre”, pese a que los precios promedio por tonelada estuvieron un 8% por debajo del promedio de la última década y un 10% menos que los del mismo período del año pasado. “La dinámica de las cotizaciones internacionales afectó a la soja aún más que a otros complejos”, añadieron.
Impacto tras el fin de la rebaja en las retenciones
Finalizado el beneficio impositivo el 30 de junio, el mercado granario evidenció una brusca caída en la operatoria, especialmente en el segmento de soja. En los cinco días previos al cierre del incentivo se negociaron 560.000 toneladas diarias, mientras que desde el 1 de julio el volumen se desplomó a 120.000 toneladas por día en promedio. Si bien luego se observó una leve reactivación, no se alcanzaron los niveles previos.
En cuanto a los precios, no se produjeron cambios bruscos. La pizarra de Rosario marcó $320.000 por tonelada tras el cambio, para luego descender levemente a $315.000, debido a la suba del dólar y la mejora en Chicago.
En el caso del maíz, la baja fue más moderada: de 230.000 toneladas diarias antes del 30 de junio a 130.000 toneladas hacia el final de la semana siguiente.
Según la consultora 1816, durante este mes se espera que ingresen al mercado USD 4.500 millones ya declarados en junio. El plazo para liquidarlos es de 15 días hábiles, lo que implica que el impacto del incentivo continuará durante parte de julio.
Caída en la confianza del sector
En cuanto a las expectativas de los productores, el Ag Barometer Austral de la Universidad Austral reveló un deterioro en el ánimo del campo: la confianza general cayó un 5% respecto de marzo (de 137 a 130 puntos), pero lo más llamativo es la baja del 19% en la percepción sobre el futuro del sector, que descendió de 132 a 107 puntos.
“Lo más preocupante de esta medición es el deterioro en la mirada a futuro. La confianza sobre la situación del sector en los próximos 12 meses cayó un 19%”, afirmó Carlos Steiger, director del informe.
Además, el Índice de Expectativas de Inversión descendió un 8,5% respecto a marzo y acumula una caída del 32,5% desde noviembre de 2024, ubicándose en apenas 75 puntos. El 63% de los productores considera que no es un buen momento para invertir, en comparación con el 59% que sostenía lo mismo en marzo.
Entre los factores que afectan la confianza se destacan la persistencia de las retenciones en soja y maíz, los altos costos logísticos, el deterioro de infraestructura, la inflación en dólares de insumos y las elevadas tasas de interés en pesos.