El Gobierno anunció que mantendrá la baja de las retenciones para los cultivos de cebada y de trigo, cuya alícuota a la fecha es del 0%, al tiempo que anunció que a partir del 1 de octubre, las retenciones para la soja y el maíz volverán a incrementarse, y pasarán del 20% al 33% para el primero y del 10% al 12% para el segundo.

La medida es en respuesta a la presión ejercida por el campo, que demandaba mantener los beneficios fiscales para el trigo y la cebada, cultivos clave para la exportación. Mediante la indicación del ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Agricultura, Fernando Vilella, el Gobierno extendió la reducción implementada en diciembre de 2024, que había llevado las retenciones de estos granos de 12% a 0%. 

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La prórroga aplicada desde el Ejecutivo nacional apunta a sostener la producción y la competitividad del agro, especialmente tras una cosecha afectada por condiciones climáticas adversas. Sin embargo, el regreso de las alícuotas más altas para la soja y el maíz generó críticas entre los productores, quienes esperaban una reducción permanente.

Las retenciones para la cebada y el trigo continuarán en el 0%.

Con el FMI a la espera de avances en el ajuste fiscal, el ministerio de Economía busca un equilibrio que no comprometa la producción ni las exportaciones. Se espera que la medida esté vigente hasta fin de 2025, cuando se evaluará una posible revisión de las alícuotas.

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Para la campaña 2024/2025 se espera que el volumen de cosecha alcance las 135,7 millones de toneladas, lo que representa la segunda mejor campaña en la historia, sólo superada por el período 2018/19 cuando se cosecharon más de 141 millones de toneladas. 

Lo cierto es que la prórroga en la baja de retenciones por parte del Gobierno nacional plantea interrogantes en torno a la evolución del comportamiento de los exportadores que, se teme, podrían continuar con la retención de parte de la cosecha que permanece sin liquidar.