EE. UU. frena acuerdo de visas: delegación argentina varada en Miami por escándalos de corrupción
La firma del programa VWP fue bloqueada por disputas internas en Washington y denuncias contra el gobierno de Milei
La política exterior de Javier Milei sufrió un revés inesperado y vergonzoso. Lo que iba a ser un hito diplomático para la Argentina —la firma del acuerdo de exención de visados con Estados Unidos— terminó en un papelón internacional, cuando el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Estado frenaron a último momento la ceremonia oficial, dejando a la delegación argentina encabezada por Juan Pazo dos días varada en Miami sin ser recibida por la administración Trump.
El episodio ocurrió en medio de un contexto político explosivo: Washington envió señales de que no estaba dispuesto a avanzar con el acuerdo debido a los casos de corrupción que golpean al gobierno de Milei. Dos fuentes de la administración norteamericana confirmaron a Axios que el desaire fue “vergonzoso” y que, detrás de la excusa formal de la “falta de una firma”, se ocultaba un claro mensaje político: la Casa Blanca no iba a bendecir el acuerdo hasta evaluar a fondo la situación interna del gobierno argentino y sus escándalos (axios.com).
En julio pasado, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, había firmado una declaración de intenciones con las autoridades argentinas para reincorporar al país al Programa de Exención de Visados (VWP), que permite a ciudadanos de determinados países viajar a EE. UU. por turismo o negocios hasta 90 días sin necesidad de visado.
Ese anuncio fue presentado en Buenos Aires como una victoria diplomática de Milei y celebrado por la propia Noem como un gesto de confianza hacia la administración libertaria.
Sin embargo, Noem no informó al secretario de Estado, Marco Rubio, ni al Consejo de Seguridad Nacional, que reaccionaron con dureza. Un memorando posterior, firmado por Rubio y la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, recordó a todos los funcionarios que ningún acuerdo internacional podría avanzarse sin la debida autorización previa.
Con la firma final programada para fines de agosto, una delegación encabezada por Juan Pazo, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), viajó a Estados Unidos para concretar el acuerdo.
El plan era sencillo: llegar a Washington, firmar el documento y anunciar la incorporación de Argentina al VWP. Pero en pleno viaje, al aterrizar en Miami, la comitiva recibió un mensaje lapidario: “No continúen a Washington, el acuerdo está detenido”.
Durante dos días, Pazo y su equipo permanecieron en la ciudad sin respuestas oficiales, hasta que finalmente regresaron a Buenos Aires con las manos vacías. Fuentes en Washington revelaron que el Departamento de Estado quería discutir antes las denuncias de corrupción que involucran a la administración Milei antes de dar luz verde al acuerdo.
El gobierno de Milei había puesto todas sus fichas en este acuerdo como un gesto de alineamiento con Estados Unidos, especialmente con la administración Trump.
Incluso, como parte del entendimiento, Argentina había aceptado reemplazar la tecnología china utilizada en las aduanas por sistemas estadounidenses, en línea con la política de Washington de frenar la influencia de Pekín en América Latina.
Pero la falta de comunicación interna entre el DHS, el Departamento de Estado y la Casa Blanca, sumada a la preocupación por la corrupción en Argentina, dinamitó la foto política que buscaba Milei.
El propio Trump evitó recibir a la delegación y, según fuentes diplomáticas, no quería arriesgarse a aparecer firmando un acuerdo con un gobierno bajo sospecha.
El episodio fue calificado como “vergonzoso” por un alto funcionario de la administración estadounidense, que en declaraciones a Axios dijo que “la improvisación y la falta de coordinación convirtieron un acuerdo estratégico en un escándalo innecesario”.
El DHS, por su parte, emitió un comunicado ambiguo:
“No hay ningún documento nuevo ni adicional relacionado con el VWP pendiente de firma con Argentina. Esperamos colaborar con ellos en el futuro”, señalaron sin dar detalles sobre la cancelación de último momento.
Mientras tanto, en Buenos Aires, el gobierno argentino evitó confrontar públicamente con Washington y se limitó a decir que “no se comentan conversaciones diplomáticas privadas”.
Si el acuerdo logra destrabarse, Argentina deberá atravesar un riguroso proceso de evaluaciones técnicas para demostrar que cumple con todos los estándares del VWP:
- Documentación segura y biométrica.
- Colaboración con agencias antiterroristas.
- Control migratorio eficiente.
- Una tasa de rechazo de visados inferior al 3%.
Hoy, Argentina está lejos de ese umbral: su tasa de rechazo es del 8,9%, mientras que países vecinos como Uruguay ya cumplen con el requisito y gozan del beneficio del VWP.
Además, Estados Unidos dejó claro que quiere garantías políticas y de transparencia antes de avanzar, lo que podría demorar el proceso varios meses.
Lo que iba a ser un triunfo político para Milei terminó convertido en una humillación internacional.
El Departamento de Estado y el propio Trump dejaron plantada a la delegación argentina, congelaron el acuerdo y enviaron un mensaje inequívoco: sin garantías contra la corrupción, no habrá exención de visados.
Por ahora, la foto de Milei con la firma del acuerdo deberá esperar. Y con ella, también la promesa de viajar a Estados Unidos sin visado, que sigue tan lejos como antes del viaje fallido a Miami.