El pasado 22 de agosto, Iryna Zarutska, una refugiada ucraniana de 23 años fue brutalmente apuñalada hasta la muerte a bordo de un tren ligero de la Línea Azul Lynx en Charlotte, Carolina del Norte.

Zarutska había llegado a Estados Unidos en 2022 junto a su madre y hermanos, huyendo de la invasión rusa de Ucrania. Trabajaba en una pizzería local y utilizaba el tren como medio de transporte habitual para regresar a casa después de su turno.

Según las imágenes de las cámaras de seguridad del Sistema de Tránsito del Área de Charlotte (CATS), Zarutska subió al tren alrededor de las 21:50 en la estación Scaleybark. Se sentó en una fila vacía, frente a un hombre que vestía una sudadera roja con capucha.

Durante aproximadamente cuatro minutos, la joven estuvo absorta en su teléfono móvil, con auriculares puestos, sin interactuar con nadie. De repente, sin provocación aparente ni motivo conocido, el hombre, identificado como Decarlos Brown Jr., de 34 año, sacó una navaja de bolsillo, se levantó y la apuñaló tres veces en el cuello.

Zarutska falleció en el lugar antes de la llegada de los equipos de emergencia.

La víctima de lado izquierdo y el agresor del lado derecho.
La víctima de lado izquierdo y el agresor del lado derecho.

El video del ataque, difundido públicamente este 5 de septiembre por las autoridades locales, muestra el momento exacto del asalto y ha generado conmoción e indignación a nivel nacional.

Brown fue arrestado inmediatamente en el vagón por pasajeros y agentes de seguridad, y trasladado a un hospital por una laceración menor antes de ser ingresado a prisión.

Decarlos Brown Jr. tiene un extenso historial delictivo en el condado de Mecklenburg, con al menos 14 arrestos previos, incluyendo cargos por robo con arma mortal, posesión ilegal de armas de fuego y violencia doméstica. Pasó seis años en prisión por un robo armado en 2014. Su madre, Michelle Dewitt, había solicitado un internamiento psiquiátrico involuntario para él en 2025 después de un episodio de violencia en el hogar, y Brown fue diagnosticado con esquizofrenia. Estaba sin hogar y vivía en un albergue local al momento del crimen.

No hay evidencia que conociera a Zarutska o tuviera un motivo específico; el ataque parece haber sido aleatorio.

Brown enfrenta cargos estatales de asesinato en primer grado por parte de los fiscales de Carolina del Norte.

Este martes 9 de septiembre, el Departamento de Justicia federal presentó cargos adicionales por "causar la muerte en un sistema de transporte público", lo que eleva la posibilidad de una pena de muerte o cadena perpetua.

En Carolina del Norte, la pena capital es legal, aunque no se ha ejecutado a nadie desde 2006.

Brown fue enviado a un hospital mental estatal para evaluación psiquiátrica tras su arresto.

El caso ha generado un amplio debate sobre la seguridad en los sistemas de transporte público, especialmente en la Línea Azul de Charlotte, que ha enfrentado críticas por incidentes previos de violencia.

CATS anunció medidas inmediatas, como la contratación de más personal de vigilancia, mejoras en las cámaras y esfuerzos para restringir el acceso a evasores de tarifas (Brown no había comprado un boleto).

El concejal Edwin Peacock y otros funcionarios locales han instado a revisiones exhaustivas de la seguridad.

Políticamente, el incidente ha sido politizado. La administración Trump lo ha utilizado para criticar las políticas de "ciudades santuario" y la supuesta laxitud en el manejo de la delincuencia en áreas demócratas como Charlotte.

Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca, y la secretaria de prensa Karoline Leavitt han culpado a las autoridades locales por no haber "castigado adecuadamente" a Brown en el pasado, y Donald Trump ha cuestionado las reformas judiciales estatales.

La familia de Zarutska decidió que será sepultada en Estados Unidos, ya que "ella amaba América", según el jefe de policía Johnny Jennings.

La comunidad de refugiados ucranianos en Carolina del Norte está conmocionada, y el caso resalta los riesgos que enfrentan los inmigrantes en su búsqueda de refugio.

La investigación federal continúa, y se espera que el juicio revele más sobre los posibles problemas de salud mental de Brown.