Este domingo 10 de agosto, cinco periodistas de Al Jazeera: Anas al-Sharif, Mohammed Qreiqeh, Ibrahim Zaher, Moamen Aliwa y Mohammed Noufal murieron en un bombardeo israelí contra una tienda de campaña de prensa cerca del hospital Al Shifa en Ciudad de Gaza.

Al Jazeera denunció el ataque como "selectivo", sugiriendo un intento de silenciar la cobertura mediática.

El ejército israelí confirmó el ataque, alegando que Al-Sharif, de 28 años, era un "terrorista" de Hamás, sin presentar pruebas verificables, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).

El incidente eleva a 237 el número de periodistas muertos en Gaza desde octubre de 2023, según el gobierno gazatí.

La comunidad internacional, incluyendo al primer ministro británico Keir Starmer, expresó preocupación por los ataques a periodistas, exigiendo investigaciones independientes.

X de Al Jazeera PR

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una sesión de urgencia para tratar tanto el asesinato de los comunicadores como el plan israelí de tomar el control de Ciudad de Gaza y desplazar a cerca de un millón de palestinos.

El primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdul Rahman al Thani, también describió lo ocurrido como "ataques deliberados contra periodistas por parte de Israel en la Franja de Gaza".

Al Thani afirmó en la red social X que "estos crímenes superan toda imaginación" y revelan "la incapacidad de la comunidad internacional y sus leyes para detener esta tragedia".

La oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas condenó el asesinato de los seis periodistas y lo calificó de "grave violación del derecho internacional humanitario".