En la cumbre celebrada en Kananaskis, Canadá, el G-7 logró un consenso unánime para emitir una declaración sobre la escalada del conflicto entre Israel e Irán, un documento que acusa a Teherán de ser “la principal fuente de inestabilidad y terrorismo” en Oriente Próximo. La declaración, de apenas diez líneas, reafirma el “derecho a defenderse” de Israel y subraya que “Irán no debe adquirir jamás un arma nuclear", y además insta a una resolución diplomática que conduzca a una desescalada de las tensiones en la región, incluyendo un alto el fuego en Gaza.

La declaración fue alcanzada tras intensas negociaciones, especialmente con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien dio su visto bueno al texto tras revisarlo personalmente. Las discusiones se extendieron durante toda la jornada del lunes, tanto en sesiones plenarias como en conversaciones bilaterales, en un contexto de creciente tensión por los ataques cruzados entre Israel e Irán. Trump, de hecho, abandonó la cumbre de manera anticipada esa misma noche para regresar a Washington y supervisar la crisis, lo que refleja la gravedad del conflicto.

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La declaración surge en medio de una escalada bélica sin precedentes. Desde el viernes 13 de junio, Israel ha llevado a cabo bombardeos contra instalaciones nucleares y militares iraníes, incluyendo la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, mientras que Irán ha respondido con oleadas de misiles y drones contra Tel Aviv y Jerusalén. Estos ataques han dejado decenas de víctimas en ambos países, con Irán reportando al menos 224 muertos y Israel confirmando una veintena de fallecidos. El G-7, compuesto por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón, expresó su apoyo a la seguridad de Israel, al tiempo que destacó la necesidad de proteger a los civiles en la región.

El texto del G-7 también refleja un esfuerzo por equilibrar las posturas de los líderes, algunos de los cuales buscaban una condena más dura contra Irán, mientras otros abogaban por un lenguaje que promoviera la diplomacia. Una fuente europea señaló que, al inicio de la cumbre, las posibilidades de alcanzar un consenso parecían remotas debido a las diferencias entre los miembros. Sin embargo, la presión conjunta logró persuadir a Trump, quien inicialmente mostró reticencias, para respaldar el documento. La cumbre se desarrolló en un clima de preocupación global, con los mercados financieros afectados por el aumento del precio del petróleo y el temor a una interrupción en los suministros energéticos de Oriente Próximo.

Tras una intensa negociación entre los líderes de las principales potencias del planeta, el G7 emitió el documento en respaldo a Tel Aviv.

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Mientras tanto, la situación en Gaza continúa agravándose, con la población palestina enfrentando bombardeos y una crisis humanitaria. El llamado del G-7 a un alto el fuego en la Franja busca abordar esta emergencia, aunque el documento no detalla medidas concretas para lograrlo.Este pronunciamiento del G-7, aunque breve, marca un intento de los líderes mundiales por posicionarse frente a un conflicto que amenaza con desestabilizar aún más la región. Sin embargo, la ausencia de propuestas específicas y la falta de claridad sobre cómo implementar la desescalada plantean interrogantes sobre su impacto real. La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos de Israel e Irán, mientras las potencias del G-7 buscan evitar un escenario de guerra abierta en Oriente Próximo.