Todo comenzó con la presentación del “One Big Beautiful Bill”, un ambicioso y controvertido proyecto de ley impulsado por Donald Trump. La propuesta incluía un fuerte recorte a los subsidios federales destinados a energías limpias y vehículos eléctricos, además de un aumento del gasto en defensa y deportaciones. Elon Musk, CEO de Tesla y uno de los empresarios más influyentes del mundo, explotó públicamente contra el proyecto en su propia red social, X (antes Twitter).

Musk calificó la ley como una “abominación repugnante” y acusó a Trump de traicionar sus principios de eficiencia fiscal. Además, reveló que había renunciado a su puesto como codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad creada por Trump para "sanear el Estado".

La pelea se volvió personal (y pública)

Lo que parecía una crítica técnica se transformó en una batalla personal. Trump respondió sin filtros en su cuenta oficial de X, acusando a Musk de tener un “ego fuera de control” y de “llorar” por la pérdida de subsidios que benefician a Tesla. En un mensaje que encendió aún más los ánimos, Trump escribió: “Musk debería agradecerme. Sin mí, no habría Tesla en el nivel en que está”.

Musk contraatacó con ironía: “Sin mí, Trump no habría ganado en 2024. Fue mi influencia en X lo que cambió el juego”. A partir de ese momento, comenzaron a circular hashtags como #TeslaCrash y #MuskVsTrump, y la disputa se volvió viral.

El mercado reacciona con fuerza

La reacción en Wall Street no se hizo esperar. En solo cinco días, las acciones de Tesla se desplomaron más de un 15%, borrando más de 150 mil millones de dólares en valor de mercado. El jueves 5 de junio, la acción cerró en 285 dólares, su punto más bajo en cinco años.

Los analistas coinciden en que el desplome no se debe exclusivamente a la pelea, sino al temor de que el nuevo plan fiscal pueda realmente concretarse y afectar a toda la industria de autos eléctricos. Sin embargo, la forma en la que Musk expuso la pelea, y la vulnerabilidad de Tesla frente a subsidios gubernamentales, fueron determinantes en el derrumbe.

Inversores en alerta

Diversos fondos institucionales comenzaron a revisar su exposición a Tesla. Incluso uno de los accionistas más antiguos de la empresa, el fondo Arcadia Capital, publicó una carta abierta en la que cuestiona la concentración de poder en manos de Musk:

“Es inaceptable que una pelea de egos en redes sociales tenga el poder de destruir miles de millones de dólares en valor bursátil. La compañía necesita liderazgo más estable y menos dependiente de los caprichos personales de su CEO.”

Boicot, protestas y el movimiento #TeslaTakedown

La pelea también encendió una nueva ola de críticas públicas. En Estados Unidos y Europa comenzó a circular el movimiento #TeslaTakedown, impulsado por activistas que acusan a Musk de anteponer sus ambiciones políticas a la misión ambiental de la empresa. En Alemania y Francia, usuarios de X organizaron protestas simbólicas vendiendo sus acciones o publicando videos “dejando Tesla”.

En paralelo, varias organizaciones medioambientales expresaron su preocupación por el impacto negativo que puede tener esta pelea en la transición global hacia la movilidad eléctrica.

Un golpe a la imagen de Musk

Musk es conocido por su estilo frontal, disruptivo y sin filtros. Pero esta vez, el exceso de exposición pública y su enfrentamiento con el presidente de Estados Unidos parecen haberle salido caro. Según un informe reciente de Morning Consult, la imagen positiva de Musk cayó 12 puntos en apenas una semana entre los votantes independientes, el segmento que más influyó en su acercamiento previo a Trump.

¿Qué viene ahora?

Aunque Tesla sigue siendo el líder del mercado en autos eléctricos, el escenario a futuro se presenta incierto. Si el plan fiscal de Trump avanza, los márgenes de Tesla podrían verse severamente afectados. Además, la creciente politización de Musk podría seguir generando tensión dentro del directorio de la empresa.

Por ahora, los inversores esperan que Musk se enfoque nuevamente en el negocio, en lugar de continuar la batalla en X. Pero con dos figuras tan explosivas como Musk y Trump, todo puede pasar.