El sábado pasado el centro de Londres fue escenario de una de las manifestaciones más grandes de la extrema derecha en la historia reciente del Reino Unido.

Bajo el lema "Unite the Kingdom" (Unir el Reino), miles de personas se reunieron para protestar contra la inmigración ilegal, la "islamización" y las políticas migratorias del gobierno laborista de Keir Starmer.

La marcha, organizada por el activista de extrema derecha Tommy Robinson (cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon), superó ampliamente las expectativas y se convirtió en un punto álgido de tensión social en el país.

Las estimaciones varían, pero la Policía Metropolitana de Londres (Met) reportó alrededor de 110 mil asistentes, mientras que otras fuentes como France 24 y Wikipedia elevaron la cifra hasta 150 mil personas. Esta fue descrita como una de las mayores demostraciones de la extrema derecha en décadas en el Reino Unido.

Los manifestantes portaban banderas británicas (Union Jack), inglesas (Cruz de San Jorge), estadounidenses e incluso israelíes, junto con pancartas con mensajes como "Detengan las pateras" (referencia a las embarcaciones usadas por migrantes en el Canal de la Mancha), "Devuélvanlos a casa" y "La mayoría silenciosa ya no lo es".

La marcha comenzó en el sur de Londres, cerca de la estación Waterloo, y avanzó hacia Whitehall, el distrito gubernamental, pasando por el Puente de Westminster y Trafalgar Square. Los participantes corearon consignas contra la inmigración masiva, exigiendo mayor control fronterizo y criticando al primer ministro Keir Starmer.

Tommy Robinson, fundador de la disuelta English Defence League (EDL), lideró el evento. Lo presentó como una "celebración de la libertad de expresión" y un homenaje al activista conservador estadounidense Charlie Kirk, asesinado días antes en Utah, lo que avivó el discurso antiinmigración.

Elon Musk intervino por videollamada, advirtiendo: "Ya sea que elijan la violencia o no, la violencia viene hacia ustedes. Luchen o mueran". Esto generó críticas de figuras como Ed Davey, líder de los Liberal Demócratas, quien lo acusó de incitar a la violencia.

Otros oradores incluyeron al político francés de extrema derecha Éric Zemmour y a Petr Bystron del partido antiinmigración Alternative for Germany (AfD). También participó la candidata al Congreso estadounidense Valentina Gomez, conocida por quemar Coranes y por retórica antiislámica.

Vista aérea de la marcha
Vista aérea de la marcha

La marcha fue mayoritariamente pacífica, pero hacia el final de la tarde se produjeron choques. Un grupo de manifestantes lanzó objetos a la policía e intentó romper barreras para acceder a áreas "estériles" separadas de contra manifestantes. Al menos 26 oficiales resultaron heridos, cuatro de ellos de gravedad, y se reportaron 25 arrestos iniciales (con promesas de más detenciones). La policía desplegó 1.600 agentes, incluyendo refuerzos de otros condados, para mantener el orden.

Paralelamente, el grupo Stand Up to Racism organizó una "Marcha contra el Fascismo" con unas 5 mil personas en Trafalgar Square. Gritaron consignas como "Los refugiados son bienvenidos" y "Fascistas fuera". La policía mantuvo a los grupos separados con vallas, pero hubo intentos de brechas que escalaron la tensión.

Cabe recordar que esta marcha cierra un verano de protestas antiinmigrantes en el Reino Unido, impulsadas por incidentes como el asalto sexual a una niña de 14 años por un migrante etíope en un suburbio de Londres, y el aumento de llegadas irregulares a través del Canal de la Mancha (más de 28.000 en 2025).

El partido Reform UK, de línea dura contra la inmigración y liderado por Nigel Farage, lidera las encuestas, aunque se distancia de Robinson por sus condenas penales.

El primer ministro Keir Starmer condenó los ataques a la policía y enfatizó que "el Reino Unido nunca se rendirá ante matones de extrema derecha", defendiendo la diversidad y tolerancia del país.

La secretaria del Interior, Shabana Mahmood, prometió que los responsables de la violencia enfrentarían "el peso total de la ley".

Críticos como el líder de los Liberal Demócratas argumentaron que estos eventos no representan a la mayoría británica.

En redes sociales como X (anteriormente Twitter), el evento generó un debate polarizado. Algunos usuarios lo celebraron como un "despertar patriótico" contra la "sustitución poblacional", mientras que otros lo tildaron de "xenófobo" y "racista", destacando la ironía de manifestantes comprando comida en puestos turcos, indios y afganos durante la marcha.

Esta manifestación refleja un auge del nacionalismo en el Reino Unido, donde la inmigración ha superado a la economía como principal preocupación pública. Fuentes de izquierda como Al Jazeera y The Guardian la enmarcan como un peligro fascista, mientras que medios conservadores como India Today la ven como una "marea antiinmigración" legítima.

El gobierno laborista planea endurecer las políticas, incluyendo devoluciones a Francia a partir de este lunes 15 de septiembre, pero eventos como este sugieren que la tensión social podría escalar.