Harvard, en el centro de una nueva ofensiva política del presidente republicano

El presidente Donald Trump volvió a colocarse en el centro del debate al tomar una medida drástica: su administración resolvió cancelar la certificación que permite a Harvard recibir estudiantes internacionales, profundizando así su confrontación con una de las casas de estudio más emblemáticas de Estados Unidos.

La encargada de comunicar la decisión fue Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, quien escribió en la red social X que la universidad quedó fuera del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio por un supuesto “incumplimiento de la ley”

Además, lanzó una advertencia directa al resto del sistema universitario: “Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas de todo el país”, afirmó.

Harvard calificó la medida como represiva y fuera de la ley

La respuesta de la universidad no tardó en llegar. En un comunicado oficial, sostuvo que la decisión del gobierno es “ilegal” y que atenta contra su misión educativa.

“Estamos totalmente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen inmensamente la Universidad y esta nación”, expresó la institución.

También advirtieron sobre las consecuencias de la sanción: “Esta acción de represalia amenaza con causar un daño grave a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación de Harvard”.

Qué estudiantes se verían afectados

Según datos oficiales de la universidad, casi 7.000 alumnos internacionales formaron parte de la matrícula durante el último ciclo lectivo, representando un 27,2% del total del alumnado. Todos ellos podrían quedar en una situación migratoria vulnerable si la revocación avanza.

Respuesta. La Universidad de Harvard consideró que la medida es "ilegal".
Respuesta. La Universidad de Harvard consideró que la medida es "ilegal".
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Las causas detrás del conflicto

Este enfrentamiento no es nuevo. La administración Trump había reclamado que la universidad implementara cambios en sus políticas de admisión, contratación docente y contenidos curriculares con el objetivo declarado de combatir el antisemitismo.

Harvard respondió en su momento que ya había tomado medidas al respecto, pero denunció que los pedidos del gobierno constituían un intento de controlar las “condiciones intelectuales” del campus.

El conflicto escaló cuando el Ejecutivo amenazó con retirar la exención impositiva de la universidad y congelar miles de millones de dólares en subsidios federales.

Requisitos exigidos para revertir la medida

En una carta oficial enviada este jueves, Noem enumeró las condiciones que Harvard debería cumplir para recuperar su capacidad de inscribir estudiantes extranjeros. Entre ellas:

  • Entrega de todos los registros disciplinarios de los estudiantes no residentes de los últimos cinco años.
  • Acceso a archivos digitales, incluidos videos y audios de cualquier actividad considerada “ilegal”, “violenta” o “peligrosa” protagonizada por estudiantes internacionales.

La universidad tiene 72 horas para entregar la documentación al Departamento de Seguridad Nacional.