Irán lanza advertencias contra Rafael Grossi en el marco de la crisis nuclear

La escalada en Medio Oriente no solo se manifiesta en el plano militar, sino también en el frente diplomático. En las últimas horas, Irán dirigió una amenaza directa contra Rafael Grossi, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), intensificando el conflicto alrededor del programa atómico del país persa.

La advertencia llegó a través de Ali Larijani, uno de los principales asesores del líder supremo Ali Khamenei, quien escribió en redes sociales una frase que generó fuerte repercusión internacional: “Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de Grossi”.

Este mensaje fue interpretado por analistas como una amenaza personal, en un contexto donde Teherán cuestiona abiertamente los informes del OIEA y acusa al organismo de facilitar la narrativa internacional que justifica los ataques de Israel.

Las acusaciones de Irán contra el organismo internacional

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, acusó a la ONU y al OIEA de “traicionar el régimen de no proliferación” y actuar como “socios de esta injusta guerra de agresión”. En su declaración, apuntó directamente a Grossi, responsabilizándolo de divulgar información sensible que, según Irán, avivó la ofensiva militar israelí.

En el epicentro de la polémica se encuentra el reciente informe del OIEA, que detalla un preocupante avance del programa nuclear iraní. Publicado desde Viena, el documento advierte que hasta el 17 de mayo, Irán acumuló 408,6 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un salto considerable respecto a los 274,8 kilogramos registrados en febrero. Esta cifra se acerca peligrosamente al 90% de pureza necesario para uso militar.

Fuerte. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, cargó contra Grossi.
Fuerte. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, cargó contra Grossi.
France 24

La postura de Rafael Grossi

Pese al tono alarmante del informe, Grossi buscó relativizar sus implicancias bélicas. En declaraciones a CNN, aclaró: “Tener suficiente uranio es una cosa; tener una ojiva donde colocarlo es otra completamente distinta”. Además, descartó que los informes técnicos del OIEA puedan ser utilizados como argumento bélico: “Una acción militar, venga de quien venga, es una decisión política que no tiene nada que ver con lo que nosotros decimos”, sostuvo.

En una entrevista posterior con France24, Grossi reiteró que el organismo no ha detectado indicios de fabricación de armas nucleares. Si bien subrayó que Irán es el único país sin armamento atómico que enriquece uranio a niveles tan elevados, afirmó: “No podemos afirmar que haya un esfuerzo directo encaminado a fabricar una bomba atómica”.

El trasfondo: ruptura del acuerdo nuclear

El conflicto tiene sus raíces en 2018, cuando Estados Unidos se retiró del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). Este acuerdo regulaba el desarrollo nuclear iraní mediante mecanismos de verificación estrictos. Desde entonces, Irán redujo la cooperación con el OIEA, lo que limitó la capacidad de monitoreo del organismo y generó desconfianza en la comunidad internacional.

Grossi recordó que si bien en el pasado, durante los años 2000, existieron indicios de intentos por desarrollar armas nucleares, en la actualidad no hay evidencia concreta de un programa en marcha. “Hablar de plazos, en este contexto, sería mera especulación”, advirtió, desestimando las versiones que sugieren un avance inminente hacia el armamento nuclear.