Este domingo 22 de septiembre, Italia realizó una huelga general de 24 horas convocada por sindicatos de base como Unión de Sindicatos de Base (USB), Confederación Unitaria de Base (CUB), Sindicato General de Base (SGB) y ADL, en protesta por la complicidad del país en lo que denominan el "genocidio en Gaza" durante el conflicto en curso.

La movilización, bajo el lema "Blocchiamo tutto" ("Bloqueemos todo"), buscaba detener los envíos de armas a Israel desde puertos italianos y exigir el fin de las relaciones con dicho país, denunciando el bloqueo de ayuda humanitaria y las masacres en la Franja de Gaza.

La huelga afectó sectores clave como transporte público, ferrocarriles (excepto en Calabria), educación, sanidad y puertos, con manifestaciones en más de 80 ciudades, incluidas Roma, Milán, Nápoles, Génova y Bolonia.

En Roma, se estimaron entre 20 mil y 100 mil manifestantes, mientras que en Milán hubo enfrentamientos violentos, con al menos 10 detenciones y 60 policías heridos.

Los puertos de Génova, Livorno, Trieste y otros fueron bloqueados por estibadores, y estudiantes ocuparon universidades como La Sapienza en Roma.

La protesta también criticó al gobierno de Giorgia Meloni por su apoyo a Israel y el aumento del presupuesto militar italiano a 32 mil millones de euros para 2025, a expensas de recortes sociales.

Además, mostró solidaridad con la Flotilla Global Sumud, una misión humanitaria para llevar ayuda a Gaza.

A pesar de la magnitud, el gobierno italiano, liderado por Meloni, no reconoce a Palestina como Estado, a diferencia de otros países europeos.

La USB, principal impulsora de la huelga, ha publicado un comunicado que resume la rabia acumulada. En él, se critica la «hipocresía» de un gobierno que envía armas mientras ignora el sufrimiento palestino, y se vincula la lucha local con la global. La central sindical señala que “el genocidio en Gaza no es un conflicto lejano: es el rostro del capitalismo depredador que Italia alimenta con sus exportaciones de muerte. Exigimos el fin inmediato de toda complicidad, desde el embargo de armas hasta la apertura de corredores humanitarios para romper el asedio sionista”.

La Unione Sindacale di Base denuncia que “la economía de guerra de Meloni y la UE prioriza tanques sobre salarios dignos. Mientras Gaza arde, nuestros presupuestos se desangran en rearme: 32.000 millones para la OTAN, recortes en sanidad y educación. Esta huelga es el antídoto: ¡Arriba salarios, abajo las armas!”. El sindicato hace un llamamiento a vincular la justicia social con la justicia internacional.