Una reforma impulsada por la 4T que transforma el acceso al Poder Judicial

Este 1° de junio, México entra en terreno desconocido al permitir por primera vez el voto popular directo para elegir a los integrantes del Poder Judicial, incluyendo a ministros de la Suprema Corte, jueces y magistrados federales y locales. Un total de 100 millones de electores están habilitados para participar en una elección que no tiene precedentes en el mundo.

Países como Bolivia han experimentado con sistemas similares, pero solo para cargos de tribunales superiores. En Estados Unidos, el voto ciudadano se limita a jueces estatales en determinadas jurisdicciones. La decisión mexicana marca un giro radical que responde a uno de los ejes políticos centrales del movimiento de la Cuarta Transformación (4T), impulsado por Andrés Manuel López Obrador.

Durante su presidencia, López Obrador propuso “democratizar” al Poder Judicial, pero no logró avanzar por falta de apoyo legislativo. El triunfo electoral de la 4T en 2024, con la elección de Claudia Sheinbaum, le otorgó al bloque oficialista los votos necesarios para aprobar la reforma constitucional judicial.

Debate polarizado: ¿control ciudadano o riesgo de captura?

Para sus defensores, se trata de una medida histórica que abre al escrutinio público las acciones de los jueces y fortalece la participación cívica. Para los críticos, el cambio amenaza la independencia judicial y podría facilitar el ingreso de jueces influenciados por intereses políticos o el crimen organizado.

“Estamos viviendo un momento trascendental en la historia de México. Y es un momento para cuestionarnos muchos de los dogmas sobre los que yace la democracia liberal”, señaló la analista Viri Ríos, doctora en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard.

Ríos también advirtió: “Es el inicio de un momento muy complejo para la coalición gobernante (...). Porque ellos crearon esta fórmula y promovieron la idea de que se iba reducir la impunidad a partir de esta reforma”.

El politólogo Héctor Alejandro Quintanar, de la UNAM, destacó la profundidad del proceso: “Lo que está en juego rebasa a la Cuarta Transformación. Es la idea de que ahora vivamos en una etapa de México más politizada donde el voto ciudadano toma otra dimensión y otro papel”.

Qué se elegirá este domingo

La reforma será aplicada de forma escalonada, pero este domingo ya se definirán:

  • 386 jueces federales
  • 464 magistrados de circuito (la mitad del total)
  • 9 ministros de la Suprema Corte (antes eran 11)
  • 2 magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral
  • 15 magistrados regionales del Tribunal Electoral
  • 5 magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial

Además, en 19 estados, se votará por casi 1.700 jueces locales, y en algunos distritos también se elegirán alcaldías y cargos municipales, con hasta 13 boletas por ciudadano.

El Instituto Nacional Electoral (INE) estima que se necesitarán 9 minutos por votante para llenar todas las papeletas. Sin embargo, se anticipa una baja participación, con una proyección de entre 8% y 15% del electorado, dado que en México el voto no es obligatorio.

Cambios. Este domingo los mexicanos votarán a los integrantes de la Corte Suprema.
Cambios. Este domingo los mexicanos votarán a los integrantes de la Corte Suprema.
Clarin.com

Cuestionamientos sobre transparencia y riesgos institucionales

La elección se realiza en un clima de fuerte controversia. "Defensorxs", una organización civil, identificó 19 candidatos con antecedentes preocupantes, incluyendo posibles vínculos con narcotraficantes y denuncias de corrupción o violencia.

El ministro de la Suprema Corte, Javier Laynez, fue contundente en su rechazo: “Para mí es un engaño para la ciudadanía. No van a elegir a sus jueces y magistrados. Falso”, afirmó. Y agregó: “Lo señalé desde el principio, hay un riesgo de cooptación de la justicia federal y local”.

Además, denunció la posible falta de garantías en el conteo de votos y anunció que no participará en la elección. Otros sectores también criticaron la posible manipulación de las candidaturas por parte de la mayoría legislativa oficialista, ya que los postulantes fueron propuestos por los tres poderes, pero validados por el Congreso, dominado por la 4T.

Un sistema judicial expuesto al voto ciudadano

La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la legitimidad de la reforma: “Las personas que vayan a votar van a decidir quién va a estar en el Poder Judicial. (...) Van a responder al pueblo. Esa es la gran diferencia”, sostuvo.

Desde el oficialismo destacan la creación del Tribunal de Disciplina Judicial, que controlará el desempeño de jueces y permitirá sancionar la corrupción interna.

Para algunos analistas, sin embargo, el país ya cruzó el punto de no retorno. “Va a haber narcotraficantes que sean jueces”, admitió Viri Ríos, y añadió: “Cuando a mí me dicen que se va a destruir al Poder Judicial prístino y profesional que teníamos, pienso ‘¿En qué país vive esta gente?’”

¿Una nueva era política o una amenaza institucional?

A pesar de las dudas y críticas, la elección judicial avanza con legitimidad política, ya que fue respaldada por la mayoría parlamentaria de la 4T. Para Quintanar, la baja participación no necesariamente implica un rechazo a la reforma: “La democracia es así. Es perfectible. Pero lo que está en juego es más profundo: el voto ciudadano adquiere otra dimensión”, concluye.