Migrante salvadoreño deportado por error regresa a EE.UU. para enfrentar cargos penales
El traslado de Kilmar Ábrego García a territorio estadounidense reaviva el debate sobre el proceso judicial, las acusaciones sin pruebas y el accionar del gobierno de Trump.
Procesado por tráfico de personas tras una expulsión equivocada
El migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García fue repatriado a Estados Unidos para ser juzgado por presunta participación en una red de tráfico ilegal de personas, luego de que su deportación en marzo fuera reconocida como un “error administrativo” por el gobierno de Donald Trump.
Según la acusación formal presentada ante el tribunal federal de Nashville, se le imputan dos delitos: conspiración para transportar extranjeros y transporte ilegal de personas indocumentadas. La decisión fue anunciada por la fiscal general Pam Bondi, quien agradeció la colaboración del presidente salvadoreño Nayib Bukele: “Ábrego García ha llegado a Estados Unidos para enfrentar la justicia... así es la justicia estadounidense”, aseguró.
Aunque aún no se ha dictado sentencia, Bondi afirmó que si es encontrado culpable, cumplirá condena en EE.UU. y luego será enviado nuevamente a El Salvador. La fiscal sostuvo que un gran jurado en Tennessee determinó que el acusado jugó un “papel importante” dentro de una estructura de tráfico de migrantes, calificándolo como su “trabajo de tiempo completo”, con más de 100 viajes realizados para facilitar el ingreso ilegal de personas al país.
Relaciones con el crimen organizado y declaraciones sin respaldo
Durante su exposición, Bondi vinculó a Ábrego García con la banda criminal MS-13, aunque no presentó pruebas concretas sobre varias de las acusaciones más graves, como tráfico de armas y narcóticos o su supuesta participación indirecta en un homicidio. “Estos hechos demuestran que Ábrego García es un peligro para nuestra comunidad”, expresó.
La fiscal también afirmó que la red criminal “trae niños pequeños” y los entrena para cometer “delitos violentos en todo el país”, una declaración que se apoyó en otro arresto reciente en Virginia sin conexión directa con el salvadoreño.
La defensa acusa al gobierno de abuso de poder
Los abogados del migrante cuestionaron duramente el accionar del gobierno estadounidense. Simon Sandoval-Moshenberg denunció: “El gobierno hizo desaparecer a Kilmar y lo envió a una prisión extranjera, violando una orden judicial”, y agregó: “el debido proceso significa la oportunidad de defenderse antes de ser castigado, no después”.
Andrew Rossman, otro miembro del equipo legal, sostuvo que “la acción de hoy demuestra lo que siempre supimos: que el gobierno tenía la capacidad de traerlo de regreso y simplemente se negó a hacerlo”. Por su parte, Ama Frimpong exigió que se le permita contactar con su familia de inmediato: “Que hable con su esposa y sus hijos”.
La esposa del acusado, Jennifer Vásquez Sura, negó cualquier vínculo con la MS-13 y lo describió como “un compañero y un padre cariñoso”. No obstante, se reveló que en 2021 ella presentó una solicitud de orden de protección alegando violencia doméstica, aunque luego decidió no continuar con el proceso judicial.
Una historia marcada por la irregularidad migratoria y la persecución
Kilmar Ábrego García ingresó ilegalmente a EE.UU. en 2011 y fue arrestado en 2019 en Maryland, donde un juez le otorgó protección contra la deportación, al considerar que su vida corría peligro en El Salvador por la presencia de pandillas.
Pese a esa resolución judicial, el 15 de marzo de este año fue deportado a la prisión de máxima seguridad Cecot, una decisión que generó fuertes críticas y abrió un nuevo frente de disputa legal. Aunque vivía bajo estatus protegido junto a su familia, el gobierno estadounidense lo identificó como miembro “verificado” de la MS-13, mientras que el presidente Nayib Bukele lo calificó como “terrorista”.