En un movimiento que simboliza el inicio de una frágil estabilización, miles de palestinos han comenzado a abandonar los precarios campamentos en el sur de Gaza para dirigirse hacia el norte del enclave, particularmente a Ciudad de Gaza, la urbe más afectada por los recientes bombardeos. Este éxodo inverso se produce apenas horas después de que entrara en vigor el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas, ratificado el viernes al mediodía hora local por el gobierno israelí.

El pacto, que representa la primera fase de un plan de paz mediado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contempla medidas clave para desescalar el conflicto armado. Entre ellas, destaca la liberación de 20 rehenes israelíes vivos retenidos en Gaza, incluyendo tres de nacionalidad argentina, prevista para completarse en un plazo de hasta 72 horas y a más tardar el lunes. A cambio, Israel excarcelará a centenares de prisioneros palestinos. Además, se establece una retirada gradual de las tropas israelíes de varias zonas urbanas del enclave, aunque el Estado hebreo conservará el control sobre aproximadamente la mitad del territorio gazatí.

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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atribuyó el logro del alto el fuego a la "victoria militar" sobre Hamas, y afirmó que el grupo "aceptó liberar a los rehenes cuando sintió la espada sobre su cuello". El conflicto, que se remonta a hace dos años con masacres perpetradas por milicias respaldadas por Irán, ha dejado un saldo devastador de hogares destruidos y comunidades enteramente arrasadas.

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Miles de palestinos se movilizan a Gaza, completamente destruida por los bombardeos israelíes.

El impacto humanitario de esta tregua es inmediato. La suspensión de las hostilidades ha reactivado los corredores humanitarios, lo que permite la entrada de camiones con alimentos, medicinas y suministros básicos que habían sido restringidos durante meses de combates intensos. Cientos de miles de civiles desplazados, que sobrevivieron en tiendas de campaña en el sur tras órdenes de evacuación israelíes, ahora enfrentan el desafío de reconstruir sus vidas en áreas urbanas en ruinas. Familias enteras viajan en vehículos improvisados, a pie o con lo que puedan cargar, llevando apenas lo esencial tras semanas de privaciones.

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Desde el ámbito internacional, el presidente ruso Vladimir Putin elogió indirectamente el rol de Trump en el proceso, al comentar sobre el reciente Nobel de la Paz otorgado al mandatario estadounidense. "Trump hace mucho para la solución de conflictos", señaló Putin, reconociendo su contribución al fin de la guerra en Gaza sin emitir juicios sobre la decisión del comité Nobel.

A pesar de estos avances, la estabilidad a largo plazo permanece incierta. El cumplimiento de las condiciones por ambas partes será crucial para la reconstrucción de Gaza y el avance hacia fases posteriores del plan de paz. Mientras tanto, el regreso de los desplazados al norte de Gaza ofrece un atisbo de esperanza en un contexto marcado por la destrucción y el sufrimiento prolongado.