Este martes 29 de julio un terremoto de magnitud 8.7 sacudió la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, con epicentro a unos 126-136 km al sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky, a una profundidad de 19-74 km, según reportes del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

Este sismo, uno de los más potentes a nivel mundial desde el terremoto de Tōhoku, Japón, en 2011 (magnitud 9.1), activó alertas de tsunami en varias regiones del Pacífico, incluyendo Japón, Hawái, Alaska y Ecuador, con posibles olas de hasta 3-4 metros.

En Kamchatka, se reportaron daños menores, como el colapso de la fachada de una guardería en obras, sin víctimas confirmadas hasta el momento.

En Sajalín, se ordenaron evacuaciones preventivas hacia terrenos elevados.

La región, parte del Anillo de Fuego del Pacífico, es conocida por su alta actividad sísmica, y este evento se considera uno de los más significativos en décadas, posiblemente entre los 10 más fuertes del último siglo, aunque la magnitud exacta (revisada entre 8.0 y 8.8 en algunos reportes) aún está pendiente de confirmación oficial por organismos como el USGS.

Desde la agencia de noticias rusa TASS informaron que en Kamchatka se reportó la caída de muebles dentro de las casas, coches que se balancearon en la calle y balcones que se sacudían, además de cortes de electricidad y fallos en el servicio de telefonía móvil en la capital de la región.

Según informó RIA News, el gobernador de Sakhalin, Valery Limarenko, indicó que los residentes estaban siendo evacuados en Sajalín, una isla rusa en el Pacífico situada al suroeste del epicentro.