Warner Bros. demanda a la empresa de IA Midjourney por usar a Superman, Bugs Bunny y otros personajes
El gigante del entretenimiento acusa a la startup de inteligencia artificial de violar derechos de autor al permitir que millones de usuarios generen imágenes y videos de personajes icónicos como Batman, Scooby-Doo y las Chicas Superpoderosas. La causa se suma a las demandas de Disney y Universal en la justicia federal de Los Ángeles.
Un nuevo capítulo en la guerra de Hollywood contra la IA
La tensión entre los estudios de cine y las plataformas de inteligencia artificial llegó a un punto crítico. Warner Bros. presentó una demanda contra Midjourney en el tribunal federal de Los Ángeles, acusándola de utilizar “copias ilegales” de obras con derechos de autor para entrenar su modelo y alentar la creación de imágenes y videos de personajes icónicos como Superman, Bugs Bunny, Batman, Wonder Woman y Scooby-Doo.
Se trata del tercer gran estudio de Hollywood en iniciar acciones legales contra Midjourney, luego de que Disney y Universal lo hicieran en junio. El caso expone la disputa central: ¿pueden las IA generativas usar material protegido para entrenar sus algoritmos sin permiso de los dueños de esas obras?
La acusación de Warner Bros.
En su presentación judicial, Warner Bros. sostuvo que Midjourney “cree que está por encima de la ley” y que podría “detener fácilmente su robo y explotación” de propiedad intelectual, tal como ya aplica filtros para violencia o desnudez.
La compañía argumenta que las prácticas de la startup generan confusión entre los consumidores, que pueden creer que las imágenes generadas están autorizadas por Warner Bros. Discovery. Además, reclama hasta 150.000 dólares en daños por cada obra infringida.
Según la demanda, incluso una solicitud genérica como pedir una “batalla clásica de superhéroes” produce imágenes de alta calidad con personajes de DC Studios como Superman, Batman o Flash.
La defensa de Midjourney
Midjourney, con sede en San Francisco, ya negó acusaciones similares en el caso de Disney y Universal. En agosto, argumentó que entrenar un modelo con “miles de millones de imágenes disponibles públicamente” constituye un uso justo transformador, respaldado por fallos judiciales recientes en demandas contra Anthropic y Meta.
La empresa sostuvo que su IA no copia obras, sino que aprende conceptos visuales para luego producir resultados nuevos, y que son los usuarios quienes deben cumplir con los términos de uso que prohíben infringir derechos de propiedad intelectual.
Su fundador y CEO, David Holz, comparó la práctica con la manera en que un artista humano aprende observando otras obras: “Si una persona puede mirar una imagen, aprender de ella y crear algo similar, ¿por qué no la IA?”.
La Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPA) salió a respaldar a Warner Bros. en el litigio. Charles Rivkin, su director ejecutivo, advirtió: “La violación de los derechos de autor, si no se controla, amenaza a toda la industria cinematográfica estadounidense, que sustenta más de 2 millones de empleos y genera beneficios económicos, sociales y culturales en todo el país”.
Lo que está en juego trasciende a Warner Bros. y Midjourney. La disputa definirá los límites legales de la inteligencia artificial en el uso de contenido protegido por copyright, un tema que afecta no solo a Hollywood, sino también al mundo editorial, musical y artístico en general.
Por ahora, Midjourney enfrenta tres frentes judiciales abiertos, y los estudios más poderosos de la industria parecen dispuestos a llevar la pelea hasta las últimas consecuencias.