La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) difundió su último relevamiento sobre el desempeño del sector industrial pyme, y los datos de enero de 2025 reflejan un rebote significativo. Según el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP), la actividad creció un 12,2% interanual, marcando una recuperación frente al mismo mes de 2024, que había registrado una caída histórica.

El informe, elaborado a partir de una muestra de 389 industrias distribuidas en todo el país, también mostró una mejora del 4,8% mensual en términos desestacionalizados, lo que confirma una tendencia de repunte sostenido.

A nivel sectorial, los mayores avances se dieron en Madera y Muebles (+25,9%), seguido por Metal, Maquinaria y Equipos (+16,9%), Textiles e Indumentaria (+9%), y Alimentos y Bebidas (+4,2%). El rubro Papel e Impresiones tuvo un destacado desempeño mensual con un incremento del 6,9% respecto a diciembre.

La industria pyme se recupera: suba interanual del 12,2% en enero, pero con desafíos estructurales que persisten

No obstante, los datos positivos no alcanzan para compensar las restricciones estructurales que enfrenta el segmento pyme. El informe destaca que la capacidad instalada promedio fue del 59%, lo que revela que el potencial de producción está lejos de ser aprovechado en plenitud. Las causas están vinculadas al encarecimiento del crédito, la caída de la demanda interna y la presión fiscal, además de la incertidumbre cambiaria y regulatoria.

Desde CAME alertaron que muchas empresas aún tienen dificultades para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones laborales, como el pago de salarios y cargas sociales. Si bien el rebote de enero es alentador, el escenario macroeconómico sigue siendo frágil, y el financiamiento sigue siendo una barrera para la expansión industrial.

El informe también refleja expectativas moderadas para los próximos meses. Aunque el 51% de los empresarios industriales prevé una mejora en la actividad, un 30% espera una caída, lo que evidencia que el optimismo está contenido por factores de riesgo estructurales y coyunturales.

Esta recuperación incipiente es una señal alentadora, pero no es aún estructural. Para consolidarse, será clave una mayor articulación entre el sector público y privado, nuevas líneas de crédito productivo, y estabilidad macroeconómica para fortalecer la competitividad industrial.