30/04/2025

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Adelmo, el bodegón de San Isidro donde comer bien cuesta menos de $10.000

Un bodegón de los que ya no quedan

Manteles a cuadros, porciones XXL y ese sabor casero que remite a la infancia: Adelmo es todo lo que está bien en el universo bodegón. En plena zona norte, frente al Hipódromo de San Isidro, este restaurante desafía la lógica de los precios actuales con una propuesta generosa y bien porteña, ideal para quienes buscan comer bien sin resignar calidad ni gastar una fortuna.

¿Dónde queda Adelmo y cuándo abre?

El bodegón está ubicado en Dardo Rocha 1734, justo en el límite entre San Isidro y Martínez. Abre todos los días, desde el mediodía hasta las 2 de la mañana, por lo que se puede disfrutar tanto de un almuerzo tranquilo como de una cena distendida o una noche con cócteles y platos bien servidos.


Platos para compartir y volver

Uno de los secretos mejor guardados de Adelmo es el tamaño de sus porciones. Acá, compartir no es una opción, es parte de la experiencia. Por ejemplo:

  • Una tortilla de papas bien jugosa cuesta $16.900 y alcanza cómodamente para dos personas.

  • Los sorrentinos o ravioles caseros, servidos en fuente, no superan los $10.000 por persona.

  • La estrella de la casa: la milanesa gigante, pensada para grupos de cuatro o cinco.

  • Para quienes buscan algo más jugado, el bife de chorizo a la crema ($66.300), rinde perfectamente para cuatro.

Para el cierre, no puede faltar el dulce: volcán de chocolate con corazón fundido a $8.500, ideal para compartir con cuchara en mano.


Promos que suman

Además de los precios amigables, Adelmo ofrece una promoción difícil de resistir: el cumpleañero no paga si va acompañado de al menos seis personas. Una excelente excusa para reunir amigos y celebrar sin preocuparse por la cuenta.

La experiencia Adelmo: más allá del plato

El ambiente mezcla lo clásico del bodegón con detalles modernos: iluminación cálida, atención personalizada y mozos que recomiendan con pasión. Se escucha tango bajito, las paredes tienen fotos antiguas y el aroma a milanesa recién salida de la cocina invade todo el salón.

Comer en Adelmo es volver a lo esencial: comida rica, atención sin vueltas y una sensación de hogar que se agradece en tiempos acelerados. No hay pretensiones gourmet, pero sí una búsqueda sincera del buen comer.

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