El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que la Canasta Básica Total (CBT) registró un incremento del 0,9% en abril, mientras que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) creció un 1,3% en el mismo período, según datos difundidos este jueves. Estas cifras reflejan la presión inflacionaria sobre los bienes y servicios esenciales para los hogares argentinos, en un contexto de pobreza que afecta al 38,1% de las personas, según el último reporte del segundo semestre de 2024.
La CBT, que incluye alimentos básicos y bienes no alimentarios necesarios para superar la línea de pobreza, acumuló un aumento del 8,4% en lo que va del 2025, con una variación interanual del 34%. En abril, un adulto necesitó $359.244 para no ser considerado pobre, mientras que una familia tipo (dos adultos y dos niños) requirió $1.110.063. Por su parte, la CBA, que mide la comida mínima para evitar la indigencia, creció un 11,8% en el año y un 34,6% interanual, exigiendo $162.554 para un adulto y $502.291 para una familia tipo.
Para una familia de tres integrantes, la CBA demandó $399.882, y la CBT, $883.740. En el caso de una familia de cinco integrantes, los valores ascendieron a $528.300 para la CBA y $1.167.542 para la CBT, reflejando el desafío económico que enfrentan los hogares para cubrir necesidades básicas. Estas subas, aunque moderadas respecto a meses anteriores, agravan la situación de las familias en un contexto de pérdida de poder adquisitivo.
El INDEC también reportó que, en el segundo semestre de 2024, la pobreza alcanzó al 38,1% de las personas y al 28,6% de los hogares, mientras que la indigencia afectó al 8,2% de la población, una baja de 9,9 puntos porcentuales respecto al primer semestre del mismo año. Pese a esta mejora, los aumentos en la CBT y la CBA subrayan la dificultad de millones de argentinos para acceder a una canasta básica que garantice un nivel de vida por encima de la pobreza o la indigencia.
Estos datos generan preocupación en un contexto de inflación persistente y ajustes en tarifas y servicios, que impactan directamente en los costos de la canasta básica. Las organizaciones sociales y economistas advierten que, sin medidas que refuercen los ingresos de los hogares más vulnerables, la pobreza y la indigencia podrían mantenerse en niveles elevados, afectando especialmente a las familias con niños y adultos mayores.