15/11/2024
Este dato se complementa con el cierre de 10.000 kioscos y almacenes y con la pérdida de 160.000 puestos de trabajo en el sector. La caída del consumo interno, el aumento de los costos de servicios y la dificultad para exportar debido a un dólar poco competitivo han puesto a las pymes al borde de la subsistencia.
Desde la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) aseguran que la segunda mitad del año ha sido especialmente dura para las pymes. Entre julio y octubre, otras 6.500 empresas dejaron de operar, sumándose a las 10.000 que ya habían cerrado en el primer semestre. La situación está vinculada a la continua contracción de la demanda interna, que golpea de lleno en las ventas de comercios minoristas y servicios. CAME estima una caída del 13,2% en las ventas de comercios pymes, una cifra alarmante que refleja el impacto de la recesión sobre el consumo.
Recesión
La falta de dinamismo en el mercado interno se
evidencia también en el consumo de productos de primera necesidad, como
ejemplo, el consumo de carne vacuna cayó un 12,3% en los primeros nueve meses
del año, según un relevamiento de la Cámara de la Industria y el Comercio de
Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), alcanzando el nivel más
bajo en 26 años.
La Confederación Federal Pyme Argentina subraya que
el costo de los servicios y los impuestos sigue siendo una carga insostenible
para los pequeños empresarios, quienes además deben lidiar con una creciente
competencia por parte de grandes corporaciones. Esta combinación de factores
crea un círculo vicioso en el que la falta de ventas lleva al cierre de
empresas, lo que a su vez impacta negativamente en el empleo y en el consumo,
agravando aún más la recesión.
Promesa
Ante este panorama, desde el sector pyme se ha
planteado la necesidad de una 'Ley Pyme' que permita dar alivio
fiscal y mejores condiciones a las pequeñas y medianas empresas, pero hasta
ahora no ha habido avances significativos en el ámbito legislativo. De hecho,
el único interlocutor activo entre el Gobierno y el sector ha sido el jefe de
Gabinete, Guillermo Francos, quien se comprometió a trabajar en un Régimen de
Incentivo y Generación de Ingresos (RIGI) para las pymes, un proyecto que,
según los empresarios, parece difícil que se concrete en el corto plazo.
Mientras tanto, el presidente Javier Milei mantiene
un discurso optimista sobre la economía y ha afirmado que 'la recesión ha
terminado y el país ha comenzado a crecer'. En un reciente acto de la
Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Milei sostuvo que la economía
experimentará un crecimiento rápido, aunque sus palabras generaron escepticismo
en el sector pyme.
'Las burbujas están empezando a verse',
afirmó el mandatario, refiriéndose a los signos de recuperación que, según él,
ya son visibles en algunos indicadores, como el EMAE. Sin embargo, los datos
muestran que la economía argentina sigue en una senda de contracción. En agosto
se registró una caída interanual del 3,8% y, aunque mostró un leve avance del
0,2% en comparación con julio, el acumulado del año presenta una baja del 3,1%.
Este indicador subraya que, pese al optimismo del
Gobierno, la economía aún no logra salir de la recesión. Para Lautaro Moschet,
economista de Libertad y Progreso, 'aunque el nivel de actividad aún está
por debajo de lo registrado en diciembre pasado, proyectamos cerrar el año con
cifras superiores a las de fines de 2023'.
Pocas
expectativas
En este contexto, el pesimismo sigue dominando entre
los empresarios. La Encuesta Radar Pyme, realizada por ENAC, revela que un
84,2% de los empresarios considera que la economía sigue en recesión o
depresión. Aunque algunos sectores
muestran signos incipientes de estabilización, las perspectivas a corto plazo
son desalentadoras para la mayoría. De hecho, el 51% de los empresarios
encuestados por CAME señala que la principal barrera para el crecimiento de las
pymes sigue siendo la falta de ventas.
A pesar de los esfuerzos por mantenerse operativas,
muchas empresas enfrentan serias dificultades para generar rentabilidad. Según
ENAC, solo un 40,3% de las pymes lograron resultados positivos en el tercer
trimestre del año, una leve mejora respecto del trimestre anterior, cuando solo
un 34,1% obtuvo ganancias. Esta modesta recuperación refleja la situación de un
sector que sigue luchando por sostenerse en un entorno adverso, pero que aún no
vislumbra un cambio sustancial.
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