03/03/2025
Hay más dudas que certezas en la investigación por el doble asesinato de los adolescentes de 14 y 16 años. El único detenido es un hombre de General Roca, pero parece no estar involucrado.
Este domingo, la lluvia canceló lo que iba a ser un emotivo homenaje en Florencio Varela, donde familiares y seres queridos de Paloma Gallardo, de 16 años, y Josué Salvatierra, de 14, planeaban recordar a los jóvenes en el primer mes del brutal asesinato que conmocionó al país. La actividad, que consistía en una suelta de globos en su memoria, fue reprogramada para el próximo martes, 4 de marzo.
Mientras tanto, la causa por el doble crimen, ocurrido el 30 de enero, sigue sin avances significativos. Aunque un solo sospechoso permanece detenido, aún no se ha logrado comprobar su vínculo con las víctimas, más allá de la existencia de un celular que habría sido clonado. El misterio persiste, y el pedido de justicia sigue siendo un clamor en la comunidad, que aguarda que la investigación permita identificar y detener a los responsables.
Paloma y Josué, amigos del barrio Santa Ana en la localidad de Bosques, compartían más que una amistad: con el tiempo, su relación se convirtió en un noviazgo. Aunque los padres de la adolescente sabían de su relación, como lo manifestaron ante la Justicia, los jóvenes se veían a escondidas, a menudo fingiendo ir al gimnasio o a la plaza para estar juntos en secreto. En uno de esos encuentros, encontraron una muerte trágica.
El 30 de enero, alrededor de las 18:00 horas, los chicos salieron de sus casas con destino a un descampado debajo del puente de la ruta 36, cerca de las vías del Tren Roca. Las cámaras de seguridad registraron su caminata, tomados de la mano, hasta el desolado lugar, rodeado de pastizales y basura. Minutos antes de llegar, Josué había escrito a Paloma a través de Instagram: "Vamos al campito". Ella le respondió con un mensaje premonitorio: "No sé, a ver si nos roban y nos matan". Ninguno de los dos imaginó que aquel sería su destino.
El último registro de los jóvenes fue a las 18:14, cuando las cámaras de una fábrica de baterías captaron su imagen. Pocos minutos después, sus celulares dejaron de emitir señal. El de Josué dejó de funcionar alrededor de las 18:30, mientras que el de Paloma se apagó casi a la misma hora, se encendió nuevamente a las 19:00 y luego dejó de emitir señal definitivamente.
A un mes del asesinato, la comunidad continúa buscando respuestas y exigiendo justicia por la muerte de dos jóvenes que, hasta el último momento, no sabían que ese encuentro, aparentemente común, marcaría el fin de sus vidas.
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