11/06/2024
Con la presión cambiaria de las últimas semanas, el mercado teme que el dólar se potencie y el peso empiece a perder importancia entre los operadores. No hay preocupación por el ahorrista común, la mirada está en el comportamiento de los "players".
Por
Matías Frati Periodista Especializado en Economía y Política
Sobran los momentos para
describir cuando la Argentina empezó a sufrir del "resfrío cambiario"
como el que atraviesa el Gobierno. Después de la caída del Pacto de Mayo y la
tensión que se generó la semana pasada en Diputados por la aprobación de la
nueva fórmula previsional, la variable "peso" empezó a perder
posicionamiento.
Con un dólar anabolizado,
todos miran cada rueda diaria como si fuera una clave que determinará el
futuro. Una rueda no lo hará, ¿pero varias?
Por el momento hay preocupación
de que el dólar recobre valor en uno de los pocos países del mundo, fuera de
los Estados Unidos, donde la divisa norteamericana parece jugar en Primera
División. En el resto del mundo se habla más de la depreciación del verde,
aunque en la Argentina eso no se condice con los hechos.
Desmintiendo
Entre las cosas que vienen
ocurriendo en los últimos días, lo más destacada es que el ministro de
Economía, Luis Caputo, debió salir a negar que se estuviera pensando en una
devaluación. Se está poniendo a prueba la fortaleza del Gobierno, y en especial
del Ministro: años atrás, cuando un funcionario de ese calibre decía que algo
no iba a ocurrir, a las pocas horas sucedía. Será de ver que pasa ahora.
Esta semana, Caputo usó las redes
sociales para intentar transmitir calma, y dijo que si se aprueba la Ley Bases
"la baja del impuesto PAIS no viene asociada a ninguna devaluación".
¿A quién la habla el Ministro? ¿A los cueveros? ¿A los empresarios? ¿A los
grandes titulares de depósitos en plazo fijo? ¿Un poco a cada uno de ellos?
¿Otro poco a los políticos?
El otro gran dato es que ratificó
la política actual del crawling del 2% mensual. Dijo que "no se va a
tocar" como tampoco se modificará el mix de liquidación de los
exportadores. De esa manera, la decisión de mantener el nivel de depreciación en
el mercado oficial "controlado" por la autoridad monetaria parece
firme.
Mientras el principal funcionario del Palacio de Hacienda le decía a un grupo de empresarios que no existen condiciones macro para "un susto" con el dólar, lo real es que la divisa en los mercados secundarios y en especial el paralelo del blue, se ofrecía a $ 1.300 este martes, y en el interior del país llegaba algo más arriba de eso. Para Caputo, la culpa de esta cuestión la tenía la oposición. Una receta bastante conocida, teniendo en cuenta que cada Gobierno que sufrió este tipo de situaciones siempre responsabilizó a los que están con camisetas de otro color: "lo que pasó en el mercado es que la política va a tratar de meter la cola, pero no se enganchen con eso. La macroeconomía está ordenada", dijo.
El ministro de Economía debió salir a negar que se estuviera pensando en una devaluación.
Inflación versus consumo
Cuando todo esto pasa, los datos
que empiezan a llegar desde las consultoras privadas acerca de lo que la gente
sí quiere saber, que es la inflación, van generando expectativas positivas.
Para la mayoría de los encuestadores y entidades reconocidas por su seriedad,
la medición de mayo no debería superar el 5%. Si el Gobierno logra demostrar
ese resultado, habrá configurado un nuevo esquema desde el cual empezar a medir
las expectativas a futuro.
El costo, por supuesto, es alto:
sigue siendo malo el consumo doméstico, con muestras que hablan de una caída
interanual del 7,3% en mayo, según lo que exhibe CAME y un acumulado en el año
que se ubica en el 16%. Por eso, desde la gremial empresaria mercantil están
pidiendo políticas de estímulo para el sector. Claro que eso no es "gratis", ya
que tomar ese tipo de decisiones en un contexto como el actual, podría provocar
una demora en el plan de estabilización inflacionaria. Y el Gobierno no quiere
caer en esa "trampa" que se le podría presentar, ya que muchos dicen que quedar
a mitad de camino sería el peor escenario para la política desplegada hasta el
momento.
Expectativas relevantes
La segunda mitad del año, como
siempre, aparece clave para la economía nacional. Con demanda de energía que
suele determinar las cuentas públicas y menos ingresos de divisas por el
complejo agroexportador. Pero con la premisa de seguir reduciendo gastos que
antes parecían abundantes y ahora lucen como desequilibrios de una economía en
repliegue.
Este año, según el Banco Mundial,
la economía argentina va a tener una contracción del 3,5% pero en 2025 se
podría llegar a recuperar, con un crecimiento del 5%. Que eso suceda
-especialmente esto último- puede ser la llave para destrabar varios años de un
ciclo vicioso que llegó a que casi medio país sufra los avatares de la pobreza.
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