En la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente Javier Milei delineó los principales proyectos que el Ejecutivo enviará al Parlamento para ser debatidos a lo largo de este año. Entre los temas más destacados mencionados por el mandatario se encuentran la reforma de la ley laboral, modificaciones al Código Civil y Comercial, cambios en el Código Penal, rebajas impositivas, una nueva Ley de Seguridad Nacional y un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, anunció que el Senado recibirá los pliegos para completar los cargos vacantes en la Justicia Federal.

Estas iniciativas conforman la agenda que el oficialismo busca impulsar en el recinto del Palacio Legislativo. Sin embargo, las crecientes tensiones en la arena política en los últimos días prometen generar un panorama complicado. La oposición, encabezada por sectores duros, pugnaría por imponer una agenda propia, incluyendo proyectos que incomodan al gobierno de Milei, como las investigaciones en torno al escándalo de la criptomoneda Libra, los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que podrían ser revisados por el Congreso, y posibles pedidos de revocación de las facultades delegadas, así como iniciativas relacionadas con el juicio político al Presidente.

Una de las cuestiones más críticas para el Ejecutivo será la designación de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema de Justicia, quienes fueron designados por decreto. El Senado deberá aprobar o rechazar dicha designación, pero los números actuales no favorecen al oficialismo. En este escenario, Milei deberá hacer frente a la necesidad de generar consensos con los bloques opositores para asegurar la continuidad de sus proyectos.

Hasta el momento, el presidente ha recurrido al veto para frenar diversas iniciativas incómodas, con el apoyo de los bloques y gobernadores aliados, como en el caso del aumento para los jubilados o del presupuesto universitario. Sin embargo, en el caso de la designación de jueces, el veto no será una opción, lo que podría complicar aún más la situación para el oficialismo.

En un contexto de incertidumbre, con varios diputados aún sin definiciones claras, la falta de una alianza sólida con el PRO, el enfrentamiento dentro de La Libertad Avanza (LLA) con Facundo Manes y la cercanía del kirchnerismo a alcanzar el quórum propio en el Senado, el panorama para Milei en este año electoral se presenta más complejo que en 2024, cuando logró los votos necesarios para proyectos clave mediante negociaciones intensas. En ese entonces, celebraba los avances con cenas en la Casa de Olivos. Hoy, el mapa político es distinto.

Durante su discurso ante la Asamblea Legislativa, el presidente Milei abordó distintos temas que requerirán del acompañamiento del Congreso, y aunque los planteó como parte de la agenda de este año, dejó claro que, en caso de no obtener consenso, estos proyectos podrían esperar hasta la nueva composición parlamentaria, luego de las elecciones de este año. "En función de la predisposición de este Congreso, de la dinámica de la campaña electoral que comienza en breve y de la secuencialidad económica necesaria, estas reformas podrán ser abordadas o bien durante este periodo legislativo, o las abordaremos a partir del 11 de diciembre de este mismo año", advirtió el presidente.

Con este panorama, la primera mitad del año legislativo promete ser una prueba de fuego para el oficialismo, que tendrá que negociar arduamente para avanzar con su agenda en un Congreso dividido y marcado por la incertidumbre electoral.