26/12/2024
¿Qué es el amor? ¿Por qué se instaló tan fuertemente en nuestra sociedad la idea del amor romántico? ¿Nos podemos preparar para recibir al amor? Las personas buscan sinceridad y responsabilidad absolutas en sus relaciones amorosas, pero la verdadera experiencia del amor está marcada por la ambigüedad y las imperfecciones propias del ser humano.
En este episodio de La
Fórmula Podcast, el psicoanalista Luciano Lutereau reflexiona sobre el amor, la
separación, el duelo y el desenamoramiento. Además, explica cómo las
expectativas culturales sobre la pasión amorosa afectan la percepción de las relaciones
y la necesidad de cuidar el amor en la cotidianidad para evitar la disolución
gradual de los vínculos. El episodio completo podés encontrarlo en Spotify
yYouTube.
Luciano es Licenciado
en Psicología y Filosofía. Se desempeña como docente e investigador de las
cátedras de Estética, Psicología Fenomológica y Clínica de Adultos en la UBA,
es miembro del Foro Analítico del Río de la Plata y autor de varios libros,
entre los que se destacan: Amar, temer, partir; Adiós al matrimonio y Contactos
frágiles, que escribió junto a Esteban Dipaola.
- Hay una frase tuya que dice: 'En el amor nadie es tan consciente,
sincero y responsable como quisiera'. ¿Qué significa?
- Tenemos una
expectativa de sinceridad, de honestidad, de que el amor sea del todo transparente
y por lo general en el amor descubrimos opacidades. El sujeto, por decirlo así,
amoroso, no es transparente para sí mismo, duda de sus afectos, incluso muchas
veces estos se le presentan con cierta ambigüedad. La responsabilidad está
bien, es importante como principio o como idea práctica en el sentido de
'tratemos de cuidarnos, de tener cierta responsabilidad recíproca'. Pero lo
cierto es que siempre esperamos mucho más la responsabilidad del otro y del
lado de uno es un poco más esquivo. Hay toda una cultura de la pasión amorosa
que no es lo mismo que el amor.
Hoy esa pasión o esa
cultura de la pasión amorosa, nos trae muchos problemas porque las
prescripciones de la cultura de la pasión amorosa nos dice cómo deberíamos
estar viviendo el amor con conceptos como: 'debería ser así', 'tendría que ser
así', 'tengo que sentir esto' y 'si no siento esto está mal'. Es una cultura de
la pasión amorosa muy normativa. A mí me interesa pensar más bien en el amor
desde la ambigüedad, desde sus matices. Creo que es la forma más humana que
también tiene el amor de vivirse y, que al mismo tiempo, permite reconocer que
el amor puede ser muchas veces eterno, pero también tiene su costado de
finitud, concluye, tiene reverses, intensidades fluctuantes. La cultura de la pasión
amorosa es 'tenés que estar enamorado todo el tiempo, absolutamente, el otro
tiene que ser todo para vos', pero eso es una norma, no es una vivencia.
En relación a eso, hay
otra frase en la que expresas: 'La pareja hoy no tolera que el otro quiera algo
diferente. Si soy tu pareja tengo que ser eminentemente el objeto de tu deseo,
si no soy eminentemente el objeto de tu deseo entonces no me querés'.
-Esa frase tiene que
ver con que más que una cultura del amor, la nuestra es una cultura que
refuerza todo el tiempo el enamoramiento y esa intensidad asociada a la cultura
de la pasión amorosa, genera una gran exigencia de prioridad. Plantear matices
no es que no crea en el amor, sino porque busco un amor menos ideal y más real.
En cierta medida los principios o las prescripciones amorosas hoy en día
restringen mucho la posibilidad de vivir el amor porque no nos aceptamos,
tenemos un montón de requisitos y nos vamos volviendo más grandes, pero
seguimos amando como si fuéramos muy chicos.
Esta idea del amor omnipotente,
la incondicionalidad amorosa, para alguien que por ejemplo se separa, tiene
hijos, no puede vivir esa pasión amorosa, el amor por los hijos... Esto es muy
común escucharlo en la experiencia del psicoanálisis de conflictos en relación
con que una nueva pareja se pone celoso o celosa de los hijos de la pareja del
otro. El amor es una experiencia de integración, de acercamiento y de apertura
de mundos. No me gustan mucho las definiciones, pero un filósofo francés que se
llama Gilles Deleuze dice que en el amor conocemos el mundo de otro y conocemos
el mundo a partir de otro, y esa idea de conocimiento de mundo, de apertura de
mundo me parece que es muy enriquecedora. No es ser la prioridad. En el amor
conozco a alguien que es el objeto absoluto de mi deseo, se me abre un mundo,
el otro retrocede un poco y yo conozco, puedo ver el mundo a través del otro y
tengo un mundo nuevo para mí a partir del otro. La idea de un amor más real,
que no es real en sentido de la resignación, al contrario, creo que destaca
mucho más lo que tiene la realidad de posibilidades, de potencia y no tanto el
ideal como una cosa fija que tiene que ser así o no es nada.
¿Por
qué crees que, aun cuando ambas personas reconocen que la relación no funciona,
cuesta tanto separarse?
- Separarse es más
difícil que hacer el duelo porque son experiencias distintas. La separación es
una experiencia de profunda ansiedad, donde se revisa, se edita la experiencia
en relación a la presencia del otro y hasta qué punto podemos contar con la
ausencia del otro, si yo siento que si el otro no está me muero, es un tipo de
ansiedad muy profunda. Por eso hoy en día, sobre todo desde ciertas
perspectivas psicoterapéuticas, se empezó a hablar más que de amor, de apego y
apego ansioso o se recuperó la noción del psicoanalista John Bowlby de la
angustia de separación, que nombra algo que no tiene que ver tanto con lo
amoroso en sí, sino que tiene que ver con nuestras actitudes en relación a la
presencia del otro y separarse es poder hacer un movimiento en relación a la
presencia del otro, que la ausencia del otro no se nos vuelva intolerable, esto
de sentir que si el otro no está me caigo, me derrumbo.
Es muy complejo eso y
durante el primer tiempo es preciso poder garantizar la supervivencia. En un
primer momento en una separación sin duda se transita la ansiedad de separación
y después en la medida en que uno ya aseguró que va a seguir viviendo, por así
decirlo, empieza el proceso del duelo, que a veces coincide con el inicio de
otra relación. No necesariamente las cosas son tan ordenadas; son mucho más
mixtas, tienen más superposiciones. A muchas personas les pasa que inician una
nueva relación y están bien, están contentos con un nuevo vínculo, pero en el
inicio de ese vínculo empiezan a soñar con su pareja anterior. Ahí empezó el
proceso del duelo, justamente con el inicio de un vínculo trae el duelo del
vínculo anterior, porque hasta ese momento quizás estuvieron más dedicados a
poder tolerar la separación que es muy difícil porque, en última instancia, también
es separarse de algo de uno. Sentimos que perdemos una parte interna muy
importante, nos perdemos a nosotros mismos, puede ser en una separación de
pareja, pero también de un trabajo o personas que se jubilan o dejan de
trabajar y se deprimen. El proceso de separación es de pérdida de una parte
buena de uno mismo y no siempre estamos en las mejores condiciones. Quizás la
pregunta sea no solamente por qué nos duelen las separaciones, sino cómo
podemos o cómo atravesar separaciones para que justamente no sean experiencias
de derrumbe.
Hay
una manera inteligente de atravesar una separación y el duelo?
- A veces eso se lo
tiende a pensar moralmente, por ejemplo, alguien sabe que está en un vínculo
que ya no ama y no se separa, entonces todos le dicen: 'Si ya no amas, tienes
que separarte' como si fuera algo deshonesto. Pero no siempre se está en
condiciones de atravesar un proceso de separación, porque la separación es
internamente desestructurante y puede ser muy despersonalizante también. Sí
creo que para esos momentos es importante contar con una buena red de apoyo,
otros en quienes apoyarse, sostenerse. En el duelo uno podría pensar en
distintas etapas y creo que lo central tiene que ver ya no tanto con separarse
de algo de uno sino con poder quedarse uno con algo del otro y poder reconocer
que en uno va a haber algo del otro que no se va a ir.
Una parte del amor del
otro que se queda con nosotros, independientemente de que no nos haya gustado
más el modo en que nos amaba o que se haya terminado nuestro amor, en ese punto
hay algo del amor que es eterno, que permanece, se transforma. La separación no
tiene ese poder transformador que sí tiene el duelo, claro que no solamente esa
persona va a volver a amar porque, en última instancia, la pregunta del duelo no
es si voy a volver a amar, sino que no se vuelve a amar de la misma forma.
Muchas veces nos quedamos con algo del amor del otro. Siempre en el amor hay
algo prestado. Para jugar un poco con los términos la idea del amor propio
puede ser contrastada con esta idea de que hay algo del amor que siempre viene
de afuera. El amor propio en realidad es la sedimentación del amor que nos
dieron, por eso es tan duro a veces cuando alguien piensa poder hacer un duelo
cuando alguien siente que no fue amado. Eso no ayuda en nada, porque la
sensación de no haber sido amado es muy impotentizante.
-
Es frecuente escuchar la idea de que, para estar bien con alguien, primero hay
que ser autosuficiente y estar bien con uno mismo. ¿Qué opinás de esa
narrativa?
- Tiene una parte de verdad y una exagerada, demasiado individualista estar bien con uno mismo. Creo que si de eso dependiera lo cierto es que estaríamos solos. Sí lo que refleja esa frase de una manera más realista es que muchas veces buscamos estar con alguien por cuestiones no resueltas, utilizamos el amor como el vehículo de elaboración de cuestiones o de otras frustraciones que no logramos resolver. Entonces el amor tiene un costado un poco ansiolítico, antidepresivo, lo que pasa que se puede volver un consumo más. En cierta medida yo creo que reformularía esa frase en términos de que lo mejor que nos puede pasar es que cuando recurrimos al amor, no necesitemos mucho del amor. Si necesitamos mucho del amor, si tiene que funcionar como ese ansiolítico cotidiano para que uno no se sienta mal consigo mismo. O tiene que ser un antidepresivo en el sentido de que si no yo ando bajón o no me gusto a mí mismo, le voy a estar pidiendo demasiado. Como experiencia humana el amor da muchísima gratificación, pero le da mucho más a quién más da, no a quién más pide.
Leer mas: Cómo Alexa de Amazon está combatiendo la soledad de la vejez
-Te
escuche hablar de cómo, hay veces es mucho más fuerte lo que no pasó entre dos
personas que lo que sí pasó. Hoy en día se habla mucho de los 'casi algo'. ¿Qué
pasa con los vínculos que no llegaron a ser o no fueron lo que podrían haber
sido?
- Sí, todo lo que no
fue sufre melancólicamente y la pregunta que queda ahí es: '¿Y si hubiera
pasado?' Hay una canción muy linda que en una parte dice: '¿Dónde quedó el beso
que nunca me diste?' ¿Dónde quedó eso? ¿Dónde está? ¿Qué pasó? Porque para el
duelo eso es fundamental. Volviendo a lo que decíamos antes, en el duelo uno
hace un repaso de lo vivido, uno desglosa los recuerdos junto a otro, puede
volver a escenas por las que pasó, pero ¿por lo que no pasó? ¿cómo volvemos?
Son duelos imposibles y lo que no ocurrió entristece profundamente. Por eso a
muchas personas les pasa que tienen amores imposibles. Por ejemplo, tuvieron
una historia de tres meses con alguien, eso no prosperó y vuelven a verse
después de un tiempo. Y vuelven, y eso queda como algo que se arrastra
melancólicamente como un amor. Milan Kundera hablaba de los amores ridículos,
yo creo que la nuestra es un poco la época de los amores melancólicos, que son
amores que podrían haber sido, que quedaron de pendientes de realización y que
son muy dolorosos. Porque uno puede hacer un duelo por lo que vivió, pero sí
hacer el duelo por un deseo no realizado.
¿Cómo
funciona el desenamoramiento y cómo opera en nuestras relaciones?
- El desenamoramiento es un proceso espontaneo, dada la ilusión del enamoramiento, la realidad misma va deshilvanando esa ilusión. Ahora otra cosa es poder vivir con amor como una tarea cotidiana. Hay una canción de Daniel Melero que dice algo así como 'enamorarse es fácil, más difícil es vivir con amor'. Es una tarea cotidiana y tenemos una inclinación a dar por sentado la presencia del otro. Entonces la pareja en la medida que dos personas empiezan a articular sus vidas, se empieza a dar por sentado que el otro está y el amor que no se cuida no resiste el tiempo. El amor requiere cuidado, no es un trabajo en el sentido de un esfuerzo, no es que vamos a programar. El amor, creo yo, es un cuidado cotidiano que no requiere grandes inversiones. Es el pequeño gesto, saber que el otro está, no volverse invisible cada uno para el otro. Porque cuando se llega a esa instancia de que ya nos alejamos, no sabemos dónde estamos. Nos alejamos tanto a lo largo de este tiempo que ya no sabemos en qué anda cada uno. Creíamos que estaba todo bien y de golpe nos miramos y estamos en dos mundos totalmente distintos. Por eso se dice 'volver a enamorarse', volver es muy difícil, el amor es de un solo trayecto.
¿Crees
que es difícil vivir en el amor por estas narrativas que nos contamos?
- Estoy mencionando
muchas canciones, pero pienso en la de Phil Collins que se llama 'You can't
hurry love', 'No puedes apurar el amor'. Es eso en definitiva no podes
apurarlo, no podes decidir amar. Muchas de las preguntas actuales es '¿cómo
hago para tener pareja?' no funciona así. Para que sea una experiencia amorosa
hay que recorrer otros caminos, hay que hacer algunos rodeos, hay que estar en
una disposición y en todo caso si se puede dar a veces puede no ser
correspondido también. La experiencia amorosa no es solamente sentimental, sino
que es una experiencia de desarrollo personal. No hay tips, consejos o recetas.
Pero me parece que eso
sí hay algo que se puede medir. Cuando uno conoce a alguien, está todo bien y
hay una buena química creo que algo que a veces no le prestamos atención. Pero
que es muy importante, es si el otro tiene lugar para alguien en su vida o no.
Eso es algo que uno lo puede medir de antemano, con alguien puede estar todo
bien. Pero la disposición al amor se acompaña de hacerle lugar a alguien en tu
vida. El tiempo siempre se hace, eso está claro. Nadie lo tiene de antemano el
tiempo, el tiempo sin duda se produce. Pero creo que lo que se puede verificar
es si alguien está dispuesto a hacer ese movimiento. Como el amor es una
experiencia de transformación personal, el otro va a entrar y va a generar
algo. La frase: 'Quiero estar con alguien que sume', en realidad, la idea de la
suma no es adecuada porque alguien que entra en tu vida se acomoda. Algunas
cosas se empiezan a ir, a partir de conocer a alguien, cosas que te gustaban te
dejan de gustar. Te empiezan a gustar otras. No es solamente una cuestión
mecánica.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.