30/04/2025
El testigo Check Engine, también conocido como 'testigo del motor', forma parte del sistema OBD (On-Board Diagnostics) de los vehículos modernos. Su función es advertir cuando hay alguna falla que afecta al sistema de combustión o emisiones del auto.
Las razones por las que puede encenderse son muchas, desde detalles menores como una bujía sucia, hasta un problema grave en el catalizador. También puede deberse a cuestiones externas, como el uso de combustibles de baja calidad, algo común en varias regiones del país.
Según el color y comportamiento de la luz, se puede saber la gravedad del problema:
Amarilla fija: falla leve. Se puede circular con precaución.
Roja o intermitente: falla grave. Detener la marcha lo antes posible.
Estos son los componentes que más comúnmente disparan el encendido del testigo de motor:
Sensor(es) de oxígeno
Bujía(s)
Convertidor catalítico
Tapa del tanque de combustible
Válvula de purga de emisiones
Sensor de flujo de masa de aire
Bobina de encendido
Solenoide de purga
Inyectores de combustible
Termostato
Fallas en estos sistemas pueden generar desde pérdidas de potencia hasta daños costosos en el escape o el catalizador. Un caso típico es cuando una bujía no funciona bien: el combustible no quemado puede recalentarse en el escape y arruinar el catalizador.
Si el testigo se prende, lo primero es mantener la calma y seguir estos pasos básicos:
Reducí la velocidad y frená en un lugar seguro.
Apagá el motor.
Esperá unos minutos.
Encendé el vehículo de nuevo.
Este procedimiento puede ayudar a que la ECU (Unidad de Control Electrónico) reinicie el sistema. Si la luz desaparece, probablemente se trataba de una falla intermitente. Si sigue encendida, acercate cuanto antes a un taller para escanear la falla.
También revisá si la tapa del combustible está bien cerrada y controlá el indicador de temperatura.
Si la luz titila o se pone roja, detené el auto de inmediato y llamá a un mecánico. En esos casos, seguir circulando puede empeorar la situación y generar una reparación mucho más costosa.
Depende del tipo de luz:
Amarilla fija: se puede circular con precaución y por corto tiempo, solo hasta llevar el auto al taller.
Titilante o roja: no se recomienda seguir circulando. Hay riesgo de dañar seriamente el motor o los sistemas de emisiones.
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