27/01/2025
Seis trabajadores rurales que habían llegado desde
Tucumán a Río Negro con la promesa de un empleo estuvieron durante horas a la
deriva en la ruta Nº 22. 'Estábamos trabajando para una gran empresa que no nos
tenía en buenas condiciones: teníamos un baño para 25 personas, nos corrieron
por reclamar nuestros derechos', contaron en un video que enviaron a INDUAR.
'Nos dejaron en el medio de la ruta. Nos hicieron firmar una especie de
renuncia, pero no estábamos registrados. Conseguimos un amigo que nos está
dando una habitación hasta que encontremos un lugar para trabajar y no volver a
Tucumán con las manos vacías', explicaron.
Hasta ese lugar los había llevado hace una semana un contratista, que se quedaba con parte de su ingreso diario. Pero hasta no llegar a destino los trabajadores rurales no tenían conocimiento de hacia dónde iban o para quién trabajarían, aseguraron. Las condiciones prometidas eran muy diferentes a la realidad que encontraron. 'Tengo temporadas anteriores en Río Negro, pero para esta firma era el primer año, nos pintaron un arcoíris y no pasó nada', comentó uno de ellos. Durante los primeros días no tenían agua. 'El baño no tenía puerta, dormíamos a la par del baño: imagínense 25 personas en un mismo baño, sin puertas', agregaron.
En un video que compartieron con INDUAR mostraron el
hacinamiento en el que vivían. No son los únicos casos ni es la primera vez que
esto pasa, pero el contexto es particular: productores del Alto Valle, en las
provincias de Neuquén y Río Negro, habían manifestado a este medio que está en
duda la cosecha de millones de kilos de fruta, porque los costos de la
producción están por encima de lo que las empresas exportadoras o las
comercializadoras están dispuestas a pagar por kilo, y porque el consumo
interno bajó. A la par, también cayeron las exportaciones de manzanas y peras.
Después de esa denuncia pública, el gobernador de Río Negro, Alberto
Weretilneck, se comprometió a llevar el reclamo de los productores al Gobierno
nacional.
Mientras tanto, la llegada de trabajadores no merma:
son entre 15.000 y 18.000 quienes todos los años migran a diferentes provincias
para trabajar en la cosecha. Algunos con la promesa de trabajo, otros a buscar.
'La provincia de Tucumán les paga el viaje para que
vengan a cosechar. Para sacarse a esas 15.000 almas de allá, que no tienen
trabajo, las trasladan para acá', advirtió Edgar Artero, productor frutícola de
la zona. 'Pero acá no es seguro que vaya a haber trabajo. Los colectivos
vienen, descargan y se van'. Por otro lado, explicó, 'la cosecha casi no ha
empezado, las empresas no pagan, algunas todavía no arreglaron lo del año
pasado', concluyó.
'Río Negro recibe por año, entre los meses de enero a abril, aproximadamente a 18.000 trabajadores migrantes de diferentes provincias del norte. Vienen a trabajar en la cosecha', explicó a este medio Facundo Fernández, secretario de Fruticultura de esa provincia.
El funcionario agregó que mantienen reuniones
permanentes con la Federación de productores que nuclea a todas las cámaras y
que 'la situación es crítica por los costos y la falta de financiación para
capital de trabajo. Hace unos días acompañamos un pedido que hizo la Federación
de Productores desde el gobierno provincial solicitando reducción impositiva, créditos
blandos para capital de trabajo e incorporación de tecnología'.
Si bien afirmó que 'la cosecha está en curso y se va a completar', también sostuvo que 'la situación para todos los productores es crítica y con este tipo de cambio y sin herramientas financieras, estamos en riesgo de ir a la venta por debajo de los costos de producción'.
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Por ahora, la cantidad de trabajadores migrantes que
llegaron a la provincia está dentro de lo normal, explicó. Pero, 'cuando la
situación es compleja por falta de poder adquisitivo, como puede ser este año,
vienen más desde el norte o llegan antes de tiempo', sintetizó.
A la situación económica y de los productores se
suma otra que agrega complejidad a la situación de los trabajadores migrantes:
el gremio que los debería defender, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales
y Estibadores (UATRE) está en medio de un conflicto. El Movimiento de
Recuperación de la UATRE solicitó en varias oportunidades a la Secretaría de
Trabajo que intervenga la institución y designe a nuevas autoridades hasta
tanto no se resuelva en la Justicia la causa por la que se lo investiga a José
Voytenco, actual titular del sindicato, por la utilización de los fondos de esa
entidad.
'Hace más de un año que los trabajadores del partido
de General Alvarado están sin representación gremial, lo que lleva a que un 80%
no estén registrados', comentó a INDUAR Maximiliano Merlo, que fue subdelegado
regional del sudeste de la provincia de Buenos Aires y que, según relató, fue
desplazado del cargo por una resolución. Su caso se presentó a la Justicia, que
'resolvió que me reincorporen, cosa que no cumplieron', afirmó.
'Los trabajadores están sin representación gremial
por no pensar igual que José Voytenco. Entonces no pueden reclamar nada a nadie
y tienen aceptar las condiciones laborales que los empleadores ponen. Por lo
general son trabajadores del norte que llegan con un contrato verbal', agregó.
INDUAR intentó comunicarse por varios medios con las
autoridades de UATRE, pero hasta el momento de la publicación de esta nota no
obtuvo respuesta.
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