20/05/2025
En la ciudad de Buenos Aires todavía hay secretos por descubrir. Uno de ellos es el Barrio Inglés de Caballito, un rincón que parece sacado de una película británica. Calles adoquinadas, árboles frondosos y casas de ladrillo al mejor estilo Tudor o georgiano le dan a este enclave residencial una atmósfera que invita a bajar el ritmo y disfrutar con todos los sentidos.
Delimitado por las calles Pedro Goyena, Valle, Emilio Mitre y Del Barco Centenera, este barrio fue construido en 1920 por un grupo de arquitectos que soñaban con traer un pedacito de Londres a Buenos Aires. Hoy, más de 100 años después, ese sueño sigue intacto, y es el marco perfecto para una tarde de paseo y buena gastronomía.
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Para quienes disfrutan de las experiencias gastronómicas con identidad, el Barrio Inglés ofrece varias paradas obligadas. Muy cerca, sobre Pedro Goyena, aparecen dos joyitas del café porteño: Le Blé y Nucha.
Le Blé es una panadería y cafetería de estilo francés que se volvió un clásico del brunch. Su ambientación cálida, con detalles de madera y vajilla vintage, acompaña a la perfección sus medialunas de manteca, pain au chocolat y variedad de tartas saladas. El café, de tueste medio y aroma intenso, se puede acompañar con un scone de queso o una porción generosa de budín casero.
Nucha, por su parte, seduce con una pastelería colorida y elegante. Sus tortas -como la de mousse de chocolate con frutos rojos o la clásica Red Velvet- son ideales para compartir mientras se contempla el paisaje urbano que parece detenido en el tiempo. También ofrecen opciones sin TACC y sin azúcar, sin resignar sabor.
Ambos espacios ofrecen brunchs completos, cafés especiales (latte, flat white, espresso doble) y opciones para llevar. El ticket promedio ronda entre los $7.000 y $10.000 por persona, dependiendo del menú elegido.
La visita al Barrio Inglés puede complementarse con una parada cultural en el Museo de Esculturas Luis Perlotti, ubicado a pocas cuadras. Allí se exhiben más de 1.600 piezas, entre esculturas, bocetos y murales de grandes artistas argentinos como Benito Quinquela Martín.
Y para cerrar el recorrido con una nota vintage, nada mejor que subirse a uno de los tranvías históricos restaurados que recorren las calles del barrio los fines de semana. Organizados por la Asociación Amigos del Tranvía, estos paseos gratuitos permiten redescubrir el barrio desde otra perspectiva, reforzando esa sensación de estar en otro tiempo, en otra ciudad.
El Barrio Inglés no es solo una postal urbana: es una experiencia para el paladar y los sentidos. Ideal para una cita diferente, un paseo con amigos o una escapada de domingo, este rincón de Caballito invita a redescubrir la ciudad con una mirada curiosa. Y, por qué no, con una porción de torta y un café en la mano.
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