27/11/2024
Por
Alejandro Olmos
Brasilia y Río de Janeiro - La Operación Lava Jato, considerada la mayor cruzada contra la corrupción en América Latina, está siendo desmantelada. Decisiones recientes del Supremo Tribunal Federal de Brasil han anulado condenas clave, desestimado evidencias y suspendido multas millonarias, lo que ha dejado en ruinas lo que en su momento se aclamó como un símbolo de justicia y transparencia en la región.
En una exhaustiva investigación publicada por The New York Times, los periodistas Jack Nicas y Ana Ionova, con la colaboración de Paulo Motoryn desde Brasilia y Mitra Taj desde Lima, exponen cómo el caso emblemático contra la corrupción ha terminado cuestionado por las mismas irregularidades que prometía combatir. La anulación de más de 115 condenas y el impacto en casos de alto perfil en países como Perú, Argentina y Panamá han encendido alarmas sobre el futuro de la lucha contra la impunidad.
Una gasolinera y un autolavado en Brasilia, la capital de Brasil, donde una operación de blanqueo de dinero dio lugar a una amplia investigación sobre corrupción que se extendió por toda América Latina. Credit... Dado Galdieri para The New York Times.
El auge de Lava Jato: promesas de un nuevo horizonte
Lava Jato comenzó en 2014, tras el descubrimiento de una operación de lavado de dinero en un modesto autolavado en Brasilia. Lo que parecía un caso local terminó exponiendo una vasta red de sobornos de al menos 3,000 millones de dólares, con empresas multinacionales como Odebrecht y Petrobras en el centro del escándalo. Los sobornos, destinados a funcionarios públicos, garantizaron jugosos contratos en toda América Latina y África, trastocando los cimientos políticos y económicos de la región.
La operación llevó a cientos de condenas, incluidos líderes políticos de alto perfil. Entre ellos estaba Luiz Inácio, Lula da Silva, expresidente de Brasil, quien fue encarcelado por aceptar favores de empresas constructoras. Su condena permitió que Jair Bolsonaro, un legislador de extrema derecha con una agenda anticorrupción, ascendiera al poder en 2018. No obstante, Lava Jato también cayó bajo el escrutinio público debido a métodos cuestionables utilizados por jueces y fiscales.
El desmoronamiento: errores, parcialidad y consecuencias
El desmantelamiento de Lava Jato se aceleró tras revelaciones en 2019 de que Sergio Moro, el juez encargado de la operación, había coordinado ilegalmente con fiscales para obtener condenas. Grabaciones filtradas mostraron tácticas agresivas, como escuchas ilegales y la manipulación de pruebas, que llevaron al Supremo Tribunal a invalidar casos emblemáticos, incluido el de Lula. Estas decisiones marcaron un punto de inflexión, debilitando la legitimidad de la operación y abriendo las puertas a la reversión de otras sentencias.
El juez José Antonio Dias Toffoli, del Supremo Tribunal, ha liderado las decisiones más recientes. Basándose en el principio de que las pruebas obtenidas de manera ilícita no pueden sustentar condenas, Toffoli ha anulado importantes sentencias y multas, incluidas sanciones de 3,200 millones de dólares contra la matriz de JBS, uno de los gigantes de la industria cárnica. Sin embargo, Toffoli también ha sido objeto de controversias, debido a sus vínculos pasados con el partido político de Lula y acusaciones de haber protegido intereses personales.
José Antonio Dias Toffoli, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, ha anulado importantes condenas derivadas de la Operación Lava Jato.Credit...Dado Galdieri para The New York Times.
Sergio Moro, juez federal de un pequeño estado del sur de Brasil, supervisó en gran medida la Operación Lava Jato y, al principio, se convirtió en un héroe nacional.
Repercusiones regionales e internacionales
El impacto de estas decisiones no se limita a Brasil. En Perú, por ejemplo, la condena del expresidente Alejandro Toledo, acusado de recibir sobornos de Odebrecht, podría ser anulada. En Argentina y Panamá, otros casos derivados de Lava Jato enfrentan revisiones legales similares, poniendo en duda la validez de investigaciones que alguna vez prometieron transformar la política latinoamericana.
"Las revocaciones de condenas no solo son un golpe a la justicia, sino que envían un mensaje desalentador a quienes luchan contra la corrupción en la región", afirmó Bruno Brandão, director de Transparencia Internacional en Brasil. Sin embargo, para juristas como Maíra Fernandes, la situación es compleja: "La operación se contaminó al violar reglas fundamentales. Esto es consecuencia de un proceso que ensució sus manos".
Una línea de metro en Caracas, Venezuela, en construcción en 2022 por Odebrecht, una firma brasileña gigante y un actor clave en la Operación Lava Jato.
De símbolo de justicia a sinónimo de fracaso
Hoy, Lava Jato está lejos de representar un cambio radical en América Latina. Rafael Mafei, profesor de derecho de la Universidad de São Paulo, sostiene que la operación, a pesar de sus promesas iniciales, "fue un completo fracaso desde el punto de vista de los resultados". Mientras tanto, la desconfianza pública hacia las instituciones brasileñas y la impunidad percibida entre las élites políticas y empresariales solo refuerzan la idea de que la corrupción sigue siendo un desafío sistémico en la región.
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