03/05/2025
Se trata de Fermín Basualdo condenado como coautor del homicidio del joven de 16 años ocurrido en 1997 en Chascomús, cuyo cuerpo fue hallado al costado de las vías del tren. Dos décadas después el ex oficial de la bonaerense se encuentra cumpliendo condena en la Unidad nª26 de Olmos y además de sostener que se trató de una causa armada alega tener "graves problemas de salud" por lo que solicita "el cese inmediato de su detención arbitraria".
Por
Natalia Perzhalo
Según la versión en la que se basó la Justicia para llegar a veredicto, la medianoche madrugada del 28 de septiembre de 1997, policías bonaerenses interceptaron al joven que iba a encontrarse con amigos, y lo trasladaron sin razón alguna a la comisaría 1ª de Chascomús.
Una vez allí, varios efectivos lo torturaron hasta la muerte y luego dejaron su cuerpo en las vías del ferrocarril para hacer pasar su asesinato como un accidente ferroviario.
En una de las autopsias se determinó que Emilio tenía heridas en el abdomen, espalda, brazos, cara y un golpe mortal en la cabeza.
La condena para Basualdo llegó el 23 de septiembre de 2014: perpetua por el delito de homicidio por imposición de torturas.
Sin embargo, otra línea investigativa, la de la defensa de Basualdo, sostiene desde entonces que se trató de una causa armada proteger de otros delitos al ya difunto Obispo Cuan Carlos Maccarone.
"Buscaban un culpable, luego de que a Durán (chofer de la comisaria) lo torturaron psicológicamente durante 17 horas; estuvo hasta las cinco de la mañana en el juzgado) lograron posicionar la víctima en la dependencia policial, y luego de mencionar que yo lo suelto por los fondos de la comisaría junto al otro chico, de ahí se empezó con la persecución penal en mi contra" relató Basualdo en entrevista a Mundo Poder.
"Yo era el jefe de calle por entonces, creo que era la persona ideal para culpar, en esa declaración Durán dijo que dos policías habían llevado a Emilio Blanco junto a otro chico, nunca a se supo quién fue, ni que había pasado con él. Aparte uno de los policías que supuestamente los había trasladado, López, estaba en un puesto fijo con otros efectivos cubriendo un acto político y el otro, Valdez, estaba cumpliendo servicio en la comisaría de Castelli, distante a unos 60 km. En esa declaración Durán menciona haber visto a una persona que supusieron era Blanco porque nunca mencionó que lo fuera, en un horario que, según las dos autopsias, para entonces ya había muerto. Le hicieron firmar cualquier cosa. Posteriormente dijo que no sabía ni como se llamaba cuando salía de declarar".
Hoja 1 del habeas corpus presentado por Basualdo.
Durante el proceso dos jueces renunciaron: el primero, Héctor Musumano quien en su resolución del
8 de enero del '98 un hostigamiento de parte de la población chascomunense y la
intromisión de "oscuros intereses políticos y religiosos" en la investigación.
Varios años después el Juez Colombo, su sucesor en la causa alegaría
recibir presiones que lo comprometían personalmente.
"En ese momento fue lo del caso Cabezas, la época de la "maldita
policía" era ideal para echarle la culpa a la Policía. Quién iba a salir a
defender a la Policía. Nadie" recordó el ex oficial. "A mi me investigaron
durante nueve años hasta que me detuvieron. Fue una persecución penal que nunca
se vio".
Y es en este punto donde Basualdo ubica a la Iglesia como el
principal gestor de la causa armada.
A los tres días de la muerte de Elías, sin que se conocieran los
resultados de la primera autopsia, la familia de Blanco fuertemente apoyada por
Maccarone, convocó a una marcha.
Según esa primera pericia, la muerte del joven "se produjo por destrucción de masa encefálica secundario a un traumatismo grave encefalocraneano (...) de gran violencia y fuerza de impacto como puede ser la producida por una máquina férrea, para producir la destrucción craneana observada en el examen interno".
Croquis de la escena donde fue hallado el cuerpo de Elías.
Para Basualdo, el contexto y la psicosis social en la que estaba sumergido el pueblo llevaron a buscar un culpable.
"Se introdujeron pruebas de cargo de carácter espurio, como un presunto filamento de algodón hallado seis años después de los hechos en mi domicilio. Este elemento no contó con una cadena de custodia válida ni con un análisis técnico fehaciente que lo vincule con la víctima. El allanamiento, realizado seis años después de los hechos, constituye una violación al principio de inmediatez probatoria" detalla el ex oficial en el recurso presentado.
De 10 mil habitantes que tenía el pueblo por entonces, unos 2 mil dijeron haber visto o escuchado algo relacionado al caso. Todos buscaban una manera de ser protagonistas en esta historia.
Y fue dentro de esas 2 mil que aparecieron Samuel Gonzalía y su
mamá, María Heredia de cuyas declaraciones surgió una subtrama: el vínculo de
índole sexual del obispo Maccarone con algunos de los jóvenes que concurrían a
la catedral del pueblo, entre ellos Samuel y Elías.
Y si bien, no existe evidencia de que en la muerte de Blanco
estuvieran involucradas las autoridades de la catedral, la Defensa insiste en la
presión ejercida por ellas para que el foco de atención estuviera puesto en
demostrar la culpabilidad de Basualdo y evitar así que se pusiera de manifiesto
la otra historia que subyacía; la de los abusos y vínculos íntimos que mantenía
Maccarone con los jóvenes a los que ayudaba.
A 21 años de la sentencia, el caso sigue sin un autor material,
sin embargo, el ex jefe de calle, fue sentenciado por su coautoría. Hoy en su
celda, con un estado de salud delicado espera la respuesta al habeas corpus
presentado.
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