08/05/2025
El senador provincial de Unión por la Patria Emanuel González Santalla recorrió el barrio bonaerense de Villa Inflamable, en Avellaneda, en donde dialogó con los vecinos acerca de las problemáticas diarias que afectan la calidad de vida en la zona.
Mientras las obras públicas florecen en zonas céntricas y los anuncios de infraestructura inundan las redes sociales de los gobiernos, hay un lugar que parece haber quedado afuera del mapa: Villa Inflamable, en el partido de Avellaneda. Allí viven más de 1.800 familias en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin acceso adecuado a servicios básicos como agua potable, cloacas y una red eléctrica segura. Un barrio cuyo nombre no es casualidad, rodeado de empresas químicas y tanques de combustible, donde la vida cotidiana se transita entre barro, olor a cloaca y un aire irrespirable.
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La falta de acceso a los servicios básicos es una de las principales problemáticas de los vecinos de Villa Inflamable.
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En este contexto, el pasado jueves, el militante y referente territorial Emmanuel Santalla visitó el barrio y se reunió con los vecinos para escuchar de primera mano sus reclamos. Acompañado por organizaciones barriales, recorrió las zonas más afectadas y se comprometió a seguir acompañando las luchas locales. Santalla, quien responde políticamente a Cristina Fernández de Kirchner, sostuvo una línea clara: "Fortalecer la organización es clave. Solo así vamos a seguir peleando por el barrio que nos merecemos". Y en esa misma dirección, al igual que Cristina, reivindicó la importancia de que los vecinos y vecinas se organicen para exigir respuestas concretas al Estado.
La cercanía de industrias químicas con el barrio expone a los vecinos a riesgos significativos para su calidad de vida, como lo es la contaminación del aire producto de la actividad de estas empresas.
Lo que ocurre en Villa Inflamable no es una excepción: es la consecuencia de promesas y obras que nunca se cumplieron. Los planes de urbanización se frenaron una y otra vez. Los compromisos con la salud y el ambiente quedaron en anuncios vacíos o en trámites interminables. Las consecuencias de esta desidia se miden en enfermedades respiratorias, en condiciones de vida insalubres, en una infancia sin derechos básicos garantizados.
La visita no fue un acto aislado, sino parte de una construcción colectiva que viene creciendo en el barrio. Porque en Villa Inflamable no se piden lujos: se exige lo básico. Pavimento, cloacas, agua potable, atención sanitaria y una política ambiental que priorice la vida por sobre las ganancias empresariales.
Además de la falta de servicios básicos, la falta de pavimento en el barrio dificulta el acceso a los vecinos y servicios de emergencias.
El barrio está de pie, y aunque los gobiernos lo ignoren, su gente no se resigna. La esperanza crece en cada encuentro, en cada asamblea, en cada visita como la de este jueves, donde se reafirma una verdad urgente: vivir dignamente no debería ser un privilegio, sino un derecho garantizado por el Estado. Y para eso hace falta decisión política y presencia real. Como lo demuestra el compromiso del senador Santalla, que no se olvida del territorio ni de su gente.
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