14/05/2025
Los ladrones sorprendieron a la propietaria de 64 años mientras dormía, la ataron y se llevaron todos sus ahorros y además objetos de valor. Por ahora, la investigación gira en torno al relevamiento de las cámaras de seguridad del edificio y de la zona y así trazar la ruta de escape.
Una
jubilada de 64 años fue asaltada violentamente en su departamento del barrio
porteño en Belgrano.
Cinco
asaltantes ingresaron a su casa en la calle Sucre alrededor del 2800, sin
forzar la entrada, lo que sugiere que tenían acceso o una llave. La
sorprendieron mientras dormía, la ataron y la golpearon, robándole 30.000
dólares estadounidenses y un teléfono Samsung sin capacidad de geolocalización.
La
víctima alertó a la policía después que los ladrones huyeran. Al arribar al
lugar, el personal de la Comisaría Vecinal 13C, se encontró con la mujer atada
y con lesiones visibles. Fue asistida por personal médico del Sistema de
Atención Médica de Emergencia (SAME), que la atendió en el lugar por las
heridas provocadas durante el ataque.
El
caso está siendo investigado por la Fiscalía Nacional Penal y Correccional Nº61,
que dirige Martín López Perrando, y se están analizando las imágenes de las
cámaras de seguridad del edificio y sus alrededores para identificar a los
autores y trazar su ruta de escape.
No
se han realizado arrestos hasta los últimos informes.
Este
no fue el único hecho violento ocurrido esa madrugada en la ciudad. A menos de
diez kilómetros de allí, en una vivienda de José Manuel Estrada al 900, en
el barrio de Parque Chacabuco, otro jubilado de 79 años fue víctima de un
robo que terminó en tragedia. Fue hallado sin vida por personal de la
Comisaría Vecinal 7B tras una brutal golpiza. Según la autopsia,
ninguno de los golpes recibidos tenía entidad suficiente para provocarle la
muerte, pero la golpiza le generó una arritmia que resultó fatal.
En esa ocasión la cuidadora del hombre, una joven de 20 años confesó haber actuado como entregadora. Según su declaración, facilitó el ingreso de dos delincuentes, uno de ellos su familiar y el otro un amigo. Ambos permanecen prófugos. Fue un vecino quien, al oír los gritos de auxilio, alertó al 911.
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