EL BIEN, LA VERDAD Y LA BELLEZA
Creo que “el bien, la verdad y la belleza” no dependen de nosotros, porque están grabados a fuego en el alma de la humanidad y del universo.
Desde siempre me impactaron “los universales”: “EL BIEN, LA VERDAD Y LA BELLEZA”. Así los aprendí cuando tenía 24 años, hoy tengo 61, en el centro de estudios filosóficos y teológicos (CEFyT) de los Claretianos, en Córdoba, Argentina. Estaba estudiando para cura, sacerdote católico. Hoy llevo 34 años viviendo esta manera de amar.
Digo me impactaron, porque esta tríada de “los universales” también llamados “trascendentales”, según los antiguos filósofos griegos, por ejemplo Platón y Aristóteles: “Son las propiedades fundamentales del ser, es decir, aspectos que están presentes en todo lo que existe”.
Creo que “el bien, la verdad y la belleza” no dependen de nosotros, porque están grabados a fuego en el alma de la humanidad y del universo. Y al mismo tiempo, paradojalmente nosotros podemos sumarnos a esta corriente del bien, la verdad y la belleza, que el Creador hace millones de años puso en movimiento. Por eso estoy convencido que son un “don” y al mismo tiempo una “tarea”. El origen de estos tres universales es al amor.
El año pasado, en medio de tanta violencia, tanta intolerancia, tanto maltrato y asesinato... como el genocidio en Gaza y tantas guerras que en este momento vivimos como humanidad, que vivimos en lo cotidiano, en la calle, en las redes y en tantos lugares... me brotó esta poesía y le puse música.
Me gusta llamarme “el Juglar”, porque uno de mis talentos es poder entretejer palabras que expresen algo de lo que estoy viviendo. Brotaron de mis entrañas 22 canciones a lo largo de 40 años. Esta canción la podes escuchar en este link del canal de YouTube: “El Juglar. Carlos Saracini”: https://youtu.be/nCq7cBg86WU?si=0CpWQkLWf0-dBXDh
EL BIEN, LA VERDAD Y LA BELLEZA
Carlos cp. Invierno-Julio 2024
El bien, la verdad y la belleza
Dones de la esperanza
Crean siempre confianza
Hoy sigamos esta danza.
Encarnar el bien.
Recibirlo y sembrarlo.
Es un don y una tarea
Ir pariendo primaveras.
Es aquí, es ahora y es aquí.
El bien la verdad y la belleza …
Descubrir la verdad.
Construirla y recrearla.
Es un don y una tarea.
Con tanteos y certezas
Es aquí, es ahora y es aquí.
El bien, la verdad y la belleza …
Contemplar la Belleza.
Habitarla y abrazarla.
Es un don y una tarea.
Con asombro y sutileza
Es aquí, es ahora y es aquí.
El bien, la Verdad y Belleza
Dones de la esperanza
Crean siempre confianza
Hoy sigamos esta danza.
Encarnar el BIEN
Descubrir la VERDAD
Contemplar la BELLEZA
Para que Amanezca
Para que amanezca
A fin amanezca
Al fin amanezca.
Te ofrezco algunas claves, para seguir saboreando esta reflexión-canción que te ofrezco.
Podemos decir que: Los tres universales no son entidades separadas, sino que están íntimamente conectados: Lo que es verdadero, en última instancia, es también bueno y bello. Lo que es bueno, se supone que también es verdadero y tiene una forma de belleza. Y la belleza más profunda revela una verdad y despierta amor por el bien.
Hay ciertas palabras que parecen contener dentro de sí algo eterno. No envejecen, no se agotan, no se explican del todo. Tres de esas palabras —el Bien, la Verdad y la Belleza— han resonado en el corazón humano desde tiempos muy antiguos. No son conceptos fríos; son llamados profundos, “brújulas silenciosas” que nos orientan.
Sigamos con la canción. Nos dice que los tres trascendentales son: “Dones de la esperanza”. Es decir son “un regalo”, que se ofrecen como el sol, la luna y las estrellas. Están ahí siempre. No tengo que hacer nada para que brillen. Son dadores de esperanza. Por eso “crean siempre confianza”. Gracias a la confianza nos sentimos “seguros” y al mismo tiempo nos podemos “arriesgar” aún más, ir más allá de nuestros propios límites, crecer. Finalmente nos dice el estribillo: “Hoy sigamos esta danza”. Desde hace millones de años que esta danza del bien, la verdad y la belleza nos está convocando a que nos sumemos, que ofrezcamos nuestra originalidad, esa nota musical singular en esta sinfonía universal. Nos convoca a esta danza, según Jesús, el Dios que es amar.
La repetición de “Es aquí, es ahora y es aquí” y del trío “El bien, la verdad y la belleza” da un ritmo meditativo, como un mantra. Esa es la intención. Esto refuerza la idea de presencia activa y compromiso cotidiano. Así como al insistir que “es un don y una tarea” sostiene la tensión entre gratitud y responsabilidad, espiritualidad y acción.
Sigamos con las estrofas.
Nos ayudan tres verbos, tres acciones: “encarnar” el BIEN; “descubrir” la VERDAD y “contemplar” la BELLEZA. Que también podemos decir: encarnar la verdad y la belleza, descubrir el bien y la belleza, contemplar el bien y la verdad... porque ya dijimos que van juntas. Nos humanizan las tres, nos convocan a la plenitud las tres.
Otros verbos-acciones, entretejidos de una manera paradojal: “Recibir y sembrar”; “construir y recrear”; “habitar y abrazar”. Y en cada estrofa propone actitudes que nazcan desde adentro: “Ir pariendo primaveras”; “con tanteos y certezas”; “con asombro y sutileza”
El final hace una síntesis que nos convoca a esperanzar, como nos enseñó Paolo Freire, el pedagogo de la liberación Brasilero. Cito su breve y profunda reflexión, porque da cuenta del sentido de esta reflexión-canción que les estoy ofreciendo:
"Es preciso tener esperanza,
pero tener esperanza del verbo esperanzar.
Porque hay gente que tiene esperanza del verbo esperar.
Y la esperanza del verbo esperar no es esperanza, es 'espera'. Esperanzar es levantarse,
esperanzar es perseguir algo, esperanzar es construir, esperanzar es no desistir.
Esperanzar es avanzar, es juntarse con otros
para hacer las cosas de otro modo.
Es preciso reinventar el mundo, buscar su belleza.
Belleza que pasa por nuestra capacidad de imaginar, de crear,
de actuar, de transgredir... de comprometernos."
Hay que esperanzar, “encarnando el BIEN, descubriendo la VERDAD, contemplando la BELLEZA, para que amanezca, para que amanezca... al fin amanezca”.
Autor: Carlos Saracini, Comunidad Pasionista.