El escenario global tras el ataque (¿definitivo?) de las fuerzas norteamericanas a objetivos iraníes abrió un espacio de tiempo nuevo para el mundo.

Lo que hasta ahora venían siendo "bravuconadas" y amenazas de bajo calibre, se convirtieron en hechos concretos con directas consecuencias sobre el equilibrio mundial.

Otra vez, la batalla de fondo parece ser económica. Puntualmente los recursos renovables como el petróleo y sus derivados. La disponibilidad de estos y la capacidad de los países de producir o adquirir en condiciones convenientes.

Por eso no sorprender que la respuesta iraní a los ataques estadounidenses haya sido, sin más, el cierre del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% de la actividad petrolera mundial, con Irán y Omán como protagonistas de ese accidente geográfico.

Sin embargo, Irán solo no tiene el control del estrecho, a pesar de que la mayor influencia si es ejercida desde el territorio iraní. Y esa participación de Omán sobre el estrecho podría ser la garantía de que el mismo no se cerrara al mundo, como pretenden los iraníes.

Impacto local

Argentina puede verse afectada por un descalabro global, en caso de que la espiral bélica siga avanzando. Y la mayor preocupación en nuestro país atraviesa por dos grandes grupos de elementos: el comercio internacional y el costo de los insumos.

Es sabido que la Argentina cuenta con una importante cantidad de materias primas que exporta al mundo, fundamentalmente de origen agropecuario. Tal el caso de la soja, que a pesar de que se la imagina para la producción de aceites también sirve para la alimentación ganadera, en especial en países de oriente donde la cría de cerdos cuenta con un elevado componente de la oleaginosa.

A partir de este tipo de exportaciones nuestro país recauda una de las fuentes de recursos más significativas por medio de los derechos de exportación, que no son otra cosa que las retenciones, que el Gobierno sostuvo para el sector agropecuario, aunque redujo este año las que son enfocadas a otros cultivos o, incluso, a las economías regionales.

El segundo elemento de impacto son los insumos. Y en ese sentido no se puede menospreciar el golpe económico que tendría el petróleo, en caso de que se declarara la guerra entre Estados Unidos y los países árabes.

No se trata, solamente, de cómo afectaría la situación de hostilidad al valor del crudo y la refinería de petróleo para derivar en naftas y otros combustibles. También tiene impacto en lo que ocurriría con los agroquímicos y los insumos para el campo.

Y es ahí donde la cuestión se complejiza aún más, ya que sería más caro producir y más difícil comercializar, algo que pone entre signos de pregunta la gran variable económica nacional: ¿qué pasaría con el campo en tiempos de guerra?

Precios de aquí, y ahora

El plan de desinflación que lleva adelante el Gobierno tiene resultados favorables en tanto y en cuanto la economía local y externa se mantienen en niveles estables de previsibilidad.

Esto quiere decir que sin guerra que altere los mercados y con prolijidad en las cuentas internas, la gestión del presidente Javier Milei ha logrado enderezar el barco que estaba yendo hacia el iceberg económico, y además le corrigió el rumbo. Luego se verá cual es la orilla que se ilumina conforme pasen los meses. Pero ese será otro debate.

En mayo la inflación bajó al 1,5% sorprendiendo, también, a algunos funcionarios del equipo económico, que esperan con muchas expectativas un valor por debajo del 2% pero no imaginaban algo tan venturoso como resultó.

La cuestión es que antes del conflicto bélico ya circuló la necesidad de los estacioneros de aumentar las naftas un 5%, porque dicen que los precios están retrasados un 20% y que en esos parámetros "no dan los márgenes del negocio".

¿A cuáles márgenes se referirán? ¿A los pretendidos de manera empírica o a los que efectivamente devienen de analizar costos y precios para poder colocar un valor de venta que permita generar el flujo de dinero necesario para que "la maquinaria" funcione y de rentabilidad aceptable para todos los jugadores del mercado? Esto es algo que nunca queda suficientemente aclarado.

Lo verdaderamente cierto es que a mayor tranquilidad de costos menos riesgo de estampida inflacionaria. Y los precios mayoristas son el reflejo de esto último, con un retroceso del 0,3% en el promedio, algo que no ocurría desde hacía un par de años. No obstante, los precios de los minoristas no siguieron el mismo patrón y se sostuvieron, porque la gente de a pie termina siendo la variable de ajuste para la convalidación de los famosos "márgenes".

En el futuro inmediato el Gobierno tiene un nuevo elemento de preocupación, que se suma al contexto electoral que se avecina y que también luce como disruptivo para las aspiraciones de estabilización propuestas a inicio de la gestión. Este conflicto lejano está más presente de lo que muchos pueden suponer. Porque la economía del mundo está íntimamente vinculada, y los países se relación entre sí por medio de tres vías: el comercio, la diplomacia y la guerra. Saber elegir cual es la más adecuada parece simple, pero aun por su simpleza, algunos suelen errar el camino.