Un llamado a la fe en tiempos difíciles

Durante la misa en la Basílica de Luján, García Cuerva advirtió que “hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, que sienten el peso de la pobreza, del narcotráfico, de la enfermedad y la soledad”. El arzobispo explicó que la caminata también representa un acto de compromiso: “Por ellos también peregrinamos, porque no queremos ser un pueblo indiferente”.

Bajo el lema “Madre, danos amor para caminar con esperanza”, la homilía destacó la importancia de no perder la confianza en medio de la adversidad: “Caminar con esperanza es no dejarnos ganar por el desaliento y la tristeza, es seguir adelante aunque la violencia y la injusticia parezcan imponerse”, expresó.

Una tradición. La peregrinación se extendió durante todo el sábado.

Inspiración y compromiso con el país

El prelado citó al Papa Francisco y al Papa León XIII, señalando que “la esperanza nace del amor y del encuentro”. En su mensaje final, alentó a continuar el camino con unión y misericordia: “No aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños de construir un país más justo y fraterno. La Madre de Argentina nos impulsa a continuar unidos, mirando con misericordia a quienes más sufren”.

Fe y participación popular

Miles de jóvenes, familias y voluntarios participaron de la peregrinación, que partió desde el Santuario de San Cayetano en Liniers y recorrió más de 60 kilómetros hasta llegar a la Basílica. El evento se desarrolló bajo lluvias intermitentes, pero los fieles mantuvieron el espíritu de fe y esperanza que caracteriza a una de las manifestaciones religiosas más multitudinarias del país.