Los centros de panaderos de la provincia de Buenos Aires, agrupados en la Cámara de Industriales Panaderos (CIPAN), encendieron la alarma ante la creciente dificultad de sostener la producción de facturas, uno de los productos más tradicionales del desayuno y la merienda argentina, debido a los constantes aumentos en los precios de los insumos esenciales.

Por cuarta semana consecutiva aumentaron la materia grasa y la margarina”, expresó con preocupación Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo y referente clave de la CIPAN, quien advirtió sobre el impacto directo que esto tiene en las panaderías de barrio.

La elaboración de facturas —medialunas, vigilantes, cañoncitos y otras delicias típicas— está en riesgo por los altos costos de producción, especialmente en pequeños comercios que no pueden absorber los aumentos. “Cada suba nos obliga a replantear precios y eso pone en jaque a los clientes y al consumo. No queremos dejar de ofrecer un producto tan simbólico para las familias argentinas”, agregó Pinto.

Desde la Cámara también apuntaron que la falta de regulaciones claras y la especulación de proveedores están agravando la situación. “Necesitamos políticas activas que protejan a las panaderías locales, que son generadoras de empleo y parte del tejido social de cada barrio”, reclamaron.

La CIPAN ya evalúa presentar un pedido formal a las autoridades provinciales para frenar la escalada de precios en los insumos panificados y evitar que la factura, ícono del sabor argentino, desaparezca de las vidrieras de las panaderías populares.