El Poder Ejecutivo nacional oficializó mediante decreto el traspaso de funciones, bienes y personal de la Casa de la Moneda hacia tres organismos estatales: ARCA, RENAPER y ARSAT, en una medida que marca un paso más en el plan de reorganización del Estado impulsado por el presidente Javier Milei. La decisión fue publicada este martes en el Boletín Oficial y generó un fuerte impacto dentro del sector público.

El nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, calificó la medida como “un paso fundamental hacia una mayor eficiencia en la gestión pública” y no descartó la eventual liquidación de la Casa de la Moneda, entidad con más de 150 años de historia en el país.

“El traspaso de funciones permite distribuir tareas específicas en organismos que ya cuentan con experiencia tecnológica, documental y logística para asumirlas con eficiencia”, expresó Sturzenegger, al referirse al rol que cumplirán RENAPER en la documentación personal, ARSAT en tecnologías de la información y ARCA en servicios estratégicos del Estado.

¿Qué implica el traspaso desde la Casa de la Moneda?

El decreto implica:

  • La transferencia de activos y funciones técnicas relacionadas con la impresión de documentos y soporte tecnológico.
  • El traslado de personal con sus respectivos derechos laborales garantizados.
  • Una reestructuración funcional que podría derivar, según palabras de Sturzenegger, en la “liquidación total o parcial” del organismo.

Esta medida forma parte de la política de “reducción del Estado” que el Gobierno viene aplicando desde diciembre de 2023. La Casa de la Moneda había sido objeto de cuestionamientos por su alto costo operativo y por servicios considerados “redundantes” en la nueva estructura estatal.

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Reacciones y próximos pasos

Sindicatos estatales ya adelantaron su rechazo a la medida y analizan posibles acciones judiciales o gremiales. Por su parte, fuentes del Ministerio de Economía aseguraron que el traspaso permitirá un ahorro estimado “superior a los 15 mil millones de pesos anuales”.

El futuro de la Casa de la Moneda Argentina, que históricamente ha sido responsable de la impresión de billetes y documentos oficiales, queda ahora en manos de una revisión que podría poner fin a una de las instituciones más antiguas del país.