Los números oficiales

En la madrugada del 8 de septiembre, con el 97,1 % de las mesas escrutadas, la Junta Electoral bonaerense publicó los resultados:

  • Fuerza Patria: 47,27 % (3.765.450 votos)
  • La Libertad Avanza: 33,71 % (2.685.145 votos)
  • Somos Buenos Aires: 5,25 % (418.581 votos)
  • Frente de Izquierda – Unidad: 4,37 % (348.134 votos)
  • Potencia: 1,37 % (109.855 votos)
  • Unión y Libertad: 1,37 % (109.201 votos)
  • Nuevos Aires: 1,31 % (104.589 votos)
  • Otros: 1,14 % (91.143 votos)

La participación fue del 61,26 %.

El dato central: Fuerza Patria le sacó 13,56 puntos y 1.080.305 votos de ventaja a La Libertad Avanza.

Lo que decían las encuestas

En la previa, las consultoras anticipaban un escenario muy distinto.

  • Aresco: proyectaba 41,7 % para Fuerza Patria y 39 % para La Libertad Avanza. Diferencia de apenas 2,7 puntos.
  • Delfos: hablaba de empate técnico, con 44,3 % para Fuerza Patria y 41,6 % para LLA.
  • Pulso Research: medía 30,7 % para Fuerza Patria y 31,6 % para LLA.
  • Tendencias: ubicaba a LLA arriba con 38 % contra 35,2 % del peronismo.
  • CB Consultora: proyectaba 41,3 % para LLA y 39,1 % para Fuerza Patria.

Ninguna acertó. El resultado final fue un triunfo categórico del peronismo con más de 13 puntos de diferencia, algo que ninguna encuestadora siquiera se acercó a prever.

Historia de fracasos

Lo ocurrido en 2025 no es un hecho aislado. En Argentina, las encuestas vienen acumulando traspiés hace más de una década:

  • 2015: daban ganador a Scioli en primera vuelta; Macri forzó balotaje y terminó presidente.
  • 2019: proyectaban más de 15 puntos de ventaja para Alberto Fernández; la diferencia final fue de 8.
  • 2021: subestimaron la derrota del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires.

Ahora, en 2025, volvieron a errar: el margen de más de 10 puntos en favor del peronismo bonaerense nunca apareció en sus proyecciones.

Por qué fallaron

Los analistas coinciden en varios factores:

  • El voto oculto: muchos electores no admiten su preferencia en encuestas telefónicas o digitales.
  • La emocionalidad social: bronca, cansancio y miedo a la crisis influyen en el voto, difícil de medir con encuestas clásicas.
  • La territorialidad: el peronismo desplegó su maquinaria de gobernadores, intendentes y punteros en el conurbano, algo que no mide una encuesta online.
  • La desconfianza en las encuestas: muchos argentinos ya contestan cualquier cosa o directamente mienten.

Una crisis estructural

El derrumbe de las encuestadoras no es solo un problema técnico: refleja la transformación del electorado argentino. Los votantes son más volátiles, más desconfiados y más difíciles de encasillar. La vieja foto de 1.500 casos telefónicos ya no alcanza para entender un país de 46 millones de habitantes con grietas políticas y sociales profundas.

Las encuestas dejaron de ser un instrumento de análisis social para transformarse en herramientas de marketing político que buscan instalar climas antes que medir realidades.