El mapa electoral de la provincia de Buenos Aires dejó postales de impacto, pero pocas tan contundentes como la de Malvinas Argentinas, donde Fuerza Patria arrasó con el 65,40% de los votos, frente a un distante 24,88% de La Libertad Avanza y apenas un 2,87% del Frente de Izquierda.

Con más del 91% de las mesas escrutadas en el distrito, el resultado confirma la supremacía del peronismo en un territorio donde el oficialismo libertario llegó sin estructura sólida y con una fiscalización deficiente. El contraste con otros municipios de la Primera Sección es evidente: mientras en Ituzaingó la diferencia fue de 9 puntos y en Luján de 14, en Malvinas Argentinas la brecha superó los 40 puntos, consolidando al PJ como fuerza arrolladora.

“Acá el peronismo es cuerpo, organización y presencia en cada barrio. Los libertarios creen que con redes sociales alcanzaba, pero en las escuelas de Malvinas no había ni fiscales de La Libertad Avanza”, resumió un dirigente local de Fuerza Patria.

El dato adquiere relevancia nacional porque expone las limitaciones territoriales de Milei en el conurbano, donde las estructuras históricas todavía pesan. En Malvinas Argentinas, la maquinaria peronista mostró su capacidad de movilizar votantes en un contexto de participación relativamente baja (alrededor del 63% en la provincia).

Para el gobierno libertario, el resultado es un golpe simbólico y político: si no logra revertir la tendencia en octubre, Buenos Aires podría convertirse en el epicentro de su debilitamiento. Mientras tanto, el peronismo celebra un triunfo que no solo suma bancas, sino que revitaliza su discurso frente al desencanto social.