Escándalo en España: el embajador argentino gritó “¡Viva el rey!” en un homenaje a San Martín
Wenceslao Bunge Saravia, designado por Javier Milei como representante diplomático, sorprendió en un acto en Cádiz al lanzar una proclama contraria al espíritu emancipador del Libertador.
San Martín y la lucha por la independencia
José de San Martín libró una lucha sin cuartel por la Independencia de América, enfrentando las campañas militares que el rey Fernando VII enviaba para sofocar la rebelión.
Aquel monarca pertenecía a la dinastía Borbón, la misma que hoy encabeza Felipe VI, y que en el siglo XIX era profundamente rechazada en el continente por los crímenes cometidos contra criollos y pueblos originarios, a costa de miles de vidas.
El polémico rol del embajador Bunge Saravia
En contraste con esa historia de emancipación, el actual embajador argentino en España, Wenceslao Bunge Saravia, provocó indignación al exclamar “¡Viva el rey!” en el 175° aniversario del fallecimiento de San Martín.
El diplomático —empresario agrofinanciero con vínculos con Monsanto, ex CEO de Credit Suisse España y directivo de JLL, pero sin experiencia diplomática— fue nombrado por el presidente Javier Milei.
El acto en Cádiz y la frase que generó malestar
El episodio se produjo en Cádiz, ciudad desde la cual San Martín partió hacia América, durante una ceremonia en la que Bunge Saravia colocó una ofrenda floral junto al alcalde Bruno García de León ante el monumento al Padre de la Patria.
En su discurso, el embajador citó la histórica arenga sanmartiniana: “¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!”. Sin embargo, enseguida sorprendió al repetir, como un grito de guerra: “¡Viva el rey!”.
El hecho causó sorpresa y malestar entre los argentinos presentes, que no podían creer lo escuchado en un contexto de solemnidad patriótica.
Repercusiones y silencio oficial
La Embajada argentina en España difundió en sus redes sociales el discurso de Bunge Saravia destacando los lazos históricos y la cita a San Martín, pero omitió cualquier referencia a la polémica proclama que encendió el escándalo.